lunes, 12 de mayo de 2014

Jazz yucateco



Amena, interesante muestra de fusión musical.


¿Cómo suena el jazz hecho en Yucatán?  La respuesta la dio anoche el conjunto musical Mayab Jazz en aplaudido concierto que ofreció a partir de las 9 de la noche en el teatro Daniel Ayala ante un sector de la comunidad local –cada vez más numerosa– de seguidores de ese género.

Ese grupo, que dirige René Monte Rosa, ofreció un programa de jazz bonito, con melodías hechas en casa, sabrosas como el frijol con puerco, acariciantes como las tibias tardes en las playas yucatecas o animosas como una jarana bien bailada.



Para que no quedara duda de que es un repertorio local y que la fuente de inspiración son las tradiciones y atractivos de esta tierra, los nombres de cada melodía ofrecida hacen referencia a ellos:  “Agua de cenotes”, “Mérida en domingo”, “Yucalpetén”, “Celestún”, “Por las albarradas”…



Esa fusión de armonías y usanzas quedó más que manifiesta en la pieza “Entre jacarandas y flamboyanes”, compuesta con ritmo de seis octavos, típico de la jarana yucateca.   



Una de las interpretaciones lleva el nombre del grupo, “Mayab Jazz”. En ella convergen estilos de grandes músicos estadounidenses de ese género pero cobijados con elementos locales, para no salirse de la línea que caracteriza a ese grupo musical que es enlazar la estructura armónica vernácula con las variantes jazzísticas de smoth, bossa y latino.




Todas esas composiciones son de la autoría de Monte Rosa, quien condujo desde el piano esa velada y al conjunto de artistas que lo acompañó, todos ellos jóvenes, con excepción de Pepe Ballote, veterano saxofonista que fue el elemento central en las ejecuciones e improvisaciones típicas del jazz.




“Pepe” Ballote, tiene 50 años de carrera, es un personaje de la escena musical, ha hecho aportaciones al mundo del jazz. Fue uno de los músicos que tocaron en la recepción privada que se ofreció en el Palacio Cantón al presidente Bill Clinton y la esposa de este, Hillary Clinton, cuando visitaron Yucatán. El último disco que ha grabado este saxofonista se titulaFeel so good”, fue presentado en 2012, durante un homenaje a ese artista.



En la guitarra, también con interpretaciones solistas, estuvo Armando Martín. Por su parte, Hugo Aguilar tuvo la encomienda del bajo para marcar con seguridad la frontera del sonido grave, y a Misael Manrique le tocó concentrarse en usar la batería para sostener el sonido de los demás ejecutantes.



Entre el público fue fácil distinguir a los seguidores y conocedores del jazz. Estos hicieron notar su presencia balanceando el cuerpo, agitando los brazos y aplaudiendo sonoramente cada pieza o las ejecuciones solistas. Músicos y asistentes salieron satisfechos de esa velada. (Mérida Cultura).


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