martes, 29 de octubre de 2013

EL ARTE DE CANTAR


Coro de niños indígenas sorprende con su talento.
 
El coro infantil de niños indígenas, en una de sus
recientes presentaciones en esta ciudad.
 

En el interior del estado hay niños, jóvenes y adultos con altas inclinaciones hacia la cultura y las artes, pero la mayor parte de las veces esos talentos quedan truncados, no se desarrollan por falta de apoyo de las autoridades municipales.
Si esos malos gobernantes son indiferentes a temas prioritarios como son la salud y el combate a la pobreza entonces es de esperarse que presten menos interés al crecimiento cultural de la población. Por ello es común que las pocas acciones en ese rubro provengan de instancias privadas. Empresas, fundaciones y organizaciones civiles toman esa responsabilidad para evitar que todo ese potencial se pierda e intentan rescatar al menos parte de él.
Un ejemplo de lo anterior es el coro infantil Yidzat il kay (el arte de cantar), un grupo surgido hace 13 años como parte de las actividades de desarrollo social que realiza el Centro Cultural San Francisco Tzacalá, una asociación civil creada por los propietarios de la ex hacienda de ese nombre, ubicada en Dzidzantún.
El grupo tiene un repertorio amplio, desde canciones
en maya hasta piezas de ópera.
Parte de los integrantes de ese grupo infantil proviene de las poblaciones de Xbec (Buctzotz) y Santa María (Cansahcab). Otros más son de Yobain, Dzilam de Bravo y Dzilam González así como de Dzidzantún. La psicóloga Isabez Ruz Sosa observó la calidad vocal natural de esos niños y promovió su capacitación e integración de un grupo infantil para realizar presentaciones.
 El repertorio de ese coro es variado. Incluye jaranas en maya y español, composiciones de la trova yucateca , piezas de autores mexicanos, música clásica y ópera así como conocidas melodías internacionales. Su director es el tenor Eduardo Zarracino Castellanos.
 El coro Yidzat il kay se ha presentado en varias partes de la República y en Estados Unidos. En ese país una de las actuaciones fue en la Casa Blanca. También han cantado en programas de las cadenas de Univisión, Tele Mundo Dallas, Canal 22 y Azteca.
¿Cuál es la razón de ese éxito? Quizá sea su interés en el arte de cantar bien.

lunes, 28 de octubre de 2013

EL PESO DE UN PADRE FAMOSO.


Juan Pablo Manzanero, también quiere ser un Sol.
Juan Pablo Manzanero hizo dueto con su padre, en el concierto
que ofreció este último en Mérida. 

 

Este blog está dirigido a difundir el trabajo de artistas locales de Yucatán, pero caben excepciones. Y una de ellas se presentó este domingo 27 en el centro de convenciones, donde el músico, compositor y cantante Armando Manzanero presentó un espectáculo compartiendo escenario con varios artistas. Uno de estos es su hijo Juan Pablo Manzanero, quien, como se sabe, eligió la misma senda que su padre, la de cantar y componer.

Juan Pablo toca el piano, es compositor, cante y
productor musical.
Es un reto difícil para el joven artista, sobre todo por el peso de tener un papá tan famoso. Este es un elemento que pone viento a favor o en contra de su carrera, según se quiera ver y de acuerdo con la forma en que padre e hijo manejen esa circunstancia.

Inicialmente el muchacho enfocó su barca hacia el canto, después desembarcó para permanecer 15 años en tierra. Instaló una empresa en Estados Unidos y se dedicó a la producción musical para otros artistas. En 2010 cambió de opinión y regresó a los escenarios, elaboró un álbum de 15 canciones que presentó en 2011 con un título sugestivo “Vivir la vida”.

Durante 15 años dejó su carrera de cantante para dedicarse
en Estados Unidos a la producción musical.
Es su cuarto disco, el mismo número que sus hijos.

En su visita de este domingo a Mérida cantó tres canciones, una de ellas es de su autoría, la presentó acompañándose él mismo al piano. Las otras dos piezas son de su padre, y las interpretó con él. Al igual que don Armando, Juan Pablo es de decir bromas en el escenario. “Gracias mamá por darme unos centímetros extra”, expresó el joven, quien rebasa en mucho la estatura física de su padre.

Por lo que se vio en esos momentos en el escenario Juan Pablo guarda buena relación con su progenitor. Le dio besos, tuvo palabras de elogio para él y le tomó una foto con su teléfono celular.

En este regreso a los escenarios el joven artista
presentó su cuarto disco.
El vástago de don Armando, quien en esta presentación vistió una guayabera azul claro,  elabora canciones con un giro literario muy distinto al de su padre. De su último disco señala que este  no tiene letras “para cortarse las venas” sino más bien son textos para relajarse. Dice sentirse feliz con su vida y su familia, y así lo expresa al hablar de ello en su último disco.

“Quiero agradecer a Papa Dios por darme una hermosa familia, vida, salud y fuerza. (Agradezco también) a todos mis amigos por esperar; a los que no me conocen, poder compartir de donde vengo, lo que soy, y a donde voy...”

Los Manzanero, en la misma senda pero con estilos
diferentes.
Juan Pablo le dio cuatro nietos a don Armando.
Y Añade: “Dedico éste álbum a mi querida esposa e hijos que son el motor de mi vida. A mi madre y padre por aguantarme  y amarme incondicionalmente. Mai, te amo mucho!”

También envía agradecimientos “a mi gran maestra de música en la vida, María Antonieta Lozano”.

Juan Pablo Manzanero tiene una licenciatura en música y dirección de orquesta, veremos cómo le va en esta nueva etapa en la que combina sus tareas de cantante y producción musical.


sábado, 26 de octubre de 2013

EL ENSAYO DE UN MAESTRO.


Armando Manzanero muestra su talento, su humor y camaradería.

Armando Manzanero y el director de orquesta
Rodrigo Macías.
 
 
Durante un ensayo con la Orquesta Sinfónica de Yucatán el músico, compositor y cantante Armando Manzanero Canché  mostró rasgos de su personalidad que son difícil de apreciar en el escenario de teatros, auditorios, programas de televisión y otros foros más donde se reclama su presencia.

El artista yucateco con su hija María Elena, cuando se
dirigían al ensayo en el teatro José Peón Contreras. 
En esa práctica efectuada el viernes 25 en el teatro José Peón Contreras el maestro exhibió sus talentos con el piano, la composición y el arreglo orquestal. En un diálogo con el director invitado, Rodrigo Macías, expuso compases que él desea resaltar en sus canciones, los momentos en que el teclado tendrá primacía sobre la orquesta y, al revés, las etapas en que las distintas secciones de músicos toman el lugar protagónico para crear pasajes melódicos que acentúan la emotividad característica de las letras del artista yucateco.

Manzanero estará acompañado de esa presentación, este domingo 27 en el centro de convenciones, de la cantante yucateca María Medina Hadad, quien también acudió a ese ensayo. Ellos dos y la Sinfónica de Yucatán repasaron la letra y sonidos de viejas canciones como “Esta tarde vi llover”, “Somos novios” y “Te extraño” y otras piezas más que cobraron popularidad recientemente, entre ellas “Por debajo de la mesa” y “Ahora que te vas”.
Manzanero, el piano y la orquesta Sinfónica de Yucatán.

Sentado en el piano Manzanero da una señala al director y este a su vez ordena a la orquesta: “Vamos, atacamos el compás 17, sin introducción…” Y los 63 integrantes de la OSY ejecutan un fragmento de “Te extraño” para después someterlo al examen de su autor para ver si este quedó satisfecho. Don Armando lo aprueba y voltea hacia las butacas, donde aguarda su turno María Medina conversando con María Elena Manzanero, hija del compositor.

La cantante María Medina con la hija de Manzanero.
“¿Esta pieza la quieres cantar tú, María?” –le pregunta a la cantante. “Como tú quieras”, le responde ella, al tiempo que se levanta de su asiento, se dirige al escenario, toma el micrófono y se  coloca junto al piano. “¿La cantas en Fa o en Mi?”, la interroga de nuevo el maestro.

El director de la orquesta también tiene dudas.

“¿Cuál ensayamos primero? ¿Por debajo de la mesa o Te extraño?”, pregunta a Manzanero.

“La que quieras”, le responde aquel.

“Y en qué orden las vamos a presentar?”, insiste.

“Después te digo, primero ensayemos”, le contesta.

El músico y letrista yucateco se muestra consciente de que su voz tiene limitantes para interpretar sus propias canciones, y pide comprensión a los integrantes de la orquesta. “Vivo de cantar, pero no canto”, bromea. Más adelante, cuando ensayan “Somos novios”,  lanza otro comentario chusco sobre el tenor Plácido Domingo, quien ha interpretado esa canción.

Ante el acaloramiento que todos sienten por los reflectores y la ejecución constante con los instrumentos, Manzanero lanza otra chanza: “Yucatán es un lugar con clima frío, pero no se siente por tanto calor”.

El ensayo se realizó al mediodía. Y debido a que se acercaba la hora de la comida Manzanero pregunta a los músicos y al director si ya almorzaron. Estos dicen que no y entonces el maestro los invita a todos a un restaurante cercano al teatro. “¿Cuántos son ustedes?”, les pregunta, y el director responde, “Somos 60”. Pero una voz en las butacas corrige la cifra: 63. Entonces Manzanero se dirige a un auxiliar suyo y le ordena reservar en el restaurante lugares para 63 personas.

El artista yucateco ensayó vestido con un suéter rojo, el cual dejó ver al despojarse de un saco azul oscuro y un sobrero de fieltro del mismo color que vestía al llegar al teatro.  

Quizá la mayor sorpresa para los músicos y los afortunados que vieron ese ensayo no fue el suéter rojo ni conocer la vena humorística y constatar las habilidades musicales del artista sino la relación que este guarda con su tierra a pesar del tiempo que pasó lejos de ella. Armando Manzanero cantó en maya un fragmento de “Te extraño”.

“¿Qué falta ahora?”, le pregunta el director. Y el maestro Manzanero le responde: “Lo que falta es la cerveza, ¡Vámonos!”, y da por terminada esa práctica.   


 
 
 

 

lunes, 21 de octubre de 2013

CRECE LA ÓPERA EN YUCATÁN.


           Agradables sorpresas en ese género.


Una escena de La Bohème, de Giacomo Puccini,
interpretada por Gustavo Durán y Mariana Baeza.

Al creciente número de artistas y creadores que tiene Yucatán en los diversos campos del arte se suman ahora cantantes de ópera que están haciendo notar su presencia y ocupan espacios al mismo tiempo que intentan formar un público local para ese género musical.

 

Rossana China Marrufo, con su premio
(foto del Diario de Yucatán)

Dos recientes noticias en ese rubro corroboran lo anterior. Una de ellas es el Premio Municipal de la Juventud que se otorgó a la soprano Rossana Chin Marrufo, de 29 años de edad. La otra es el reciente surgimiento del grupo Opera para Todos integrada por el tenor Gustavo Durán, la soprano Mariana Baeza y el actor  y director de teatro Juan Ramón Góngora, apoyados por la empresaria Olga Moguel, propietaria del restaurante y centro cultural Amaro.

Si bien en Yucatán son contados los cantantes que tienen formación operística también es cierto que hay otros más que pudieran aumentar ese número si contaran con apoyo para ello. Rossana Chin es ejemplo de la lucha personal, solitaria que deben dar quienes desean sobresalir en ese campo. El trabajo del Taller de Opera de Yucatán es un aplaudido esfuerzo pero tiene limitaciones.

Las funciones operísticas en el Amaro.
 
“Sería conveniente traer a maestros y asesores del interior del país para fortalecer la preparación de los cantantes locales, y también darles una formación histriónica porque la ópera es teatro y se requieren conocimientos para actuar en ella”, señaló Gustavo Durán, de ascendencia yucateca, nacido en el Distrito Federal y radicado en esta capital.

Sugirió además que las autoridades den oportunidades a los artistas locales para que estos desarrollen experiencia. Una forma de lograrlo sería organizar espectáculos con exponentes reconocidos del país pero incluyendo además las suplencias, es decir, permitir que cantantes locales haga una de todas las funciones.

Juan Ramón Góngora (de pie) y
Gustavo Durán.
Gustavo Durán tuvo un singular arribo a la ópera. Cuando él era pequeño sus padres descubrieron las aptitudes que tenía para la música y el canto, y desde los ocho años de edad lo inscribieron a clases de piano, las cuales continúa hasta graduarse de concertista e incluso tuvo presentaciones en el D.F. A los 20 años de edad le dio por ser cantante de rock y entonces tomó clases para desarrollar la voz. Una de sus maestras de canto le dijo que tenía tesitura de tenor, a lo cual él no dio importancia en ese momento. Grabó tres discos de rock y después se dedicó a la producción musical en México y Estados Unidos, donde hizo composiciones y arreglos musicales. Hace cuatro año decidió incursionar en la ópera, para lo cual se preparó con profesores locales y del interior del país, entre ellos los tenores mexicanos Javier Camarena y Francisco Araiza.

Respecto al grupo operístico recién creado y en el cual él participa, Durán dijo que el objetivo de ese proyecto es “llevar la ópera a todos los públicos y llevar todos los públicos a la ópera”.   

El Brindis, de La Traviata.
Señaló que una dificultad para lograrlo es el estigma que tiene ese género entre la mayor parte de la  población, la cual lo considera elitista, caro y aburrido. Pero en realidad es todo lo contrario, ya que en esas representaciones teatrales cantadas hay drama, pasión, emociones, comedia…

En ese esfuerzo la naciente compañía ya presentó un primer ciclo de funciones en el Amaro, al cual titularon De Italia con Amor y que tuvo un programa de once piezas, en dos partes. En la primera de ellas expusieron cuatro escenas de La Bohème, de Giacomo Puccini. En la segunda combinaron conocidas arias con populares canciones napolitanas. Guiseppe Verdi, Ruggero Leoncavallo, Ernesto de Curtis Verdi y Puccini son parte de los autores elegidos para ese caso. Actualmente presentan un nuevo ciclo, repitiendo parte de ese reportorio e incorporando otros números más, entre ellos un fragmento de Cármina Burana.
El tenor Gustavo Durán, el actor y director
Juan Ramón Góngora y la soprano Mariana Baeza.

Respecto a Mariana Baeza, la otra integrante del grupo, su desarrollo musical también se dio a temprana edad. Es violinista y guitarrista, participó en coros y agrupaciones musicales, entre ellos el Coro Filarmónico de Yucatán. Ahora centra su trabajo en desarrollarse como soprano.

El tercer integrante, Juan Ramón Góngora, tiene largo camino andado en el teatro. Es licenciado en Literatura Dramática y Teatro con especialización en dirección escénica por la UNAM. Gran parte de su trabajo lo desarrolló en la ciudad de México, y desde hace dos años regresó a Mérida. Juan Ramón tiene una breve intervención en el segundo ciclo operístico que están presentando. El gremio teatral es una sorpresa descubrir que él tiene aptitud para el canto.
 




 







 
 
 
 
 
 
 

sábado, 5 de octubre de 2013

LA DANZA FUERA DE MÉRIDA.


En el interior del estado también se sabe bailar.

 

La Sexta Muestra de Danza de los Municipios que comenzó este sábado por la noche en el teatro “José Peón Contreras” permitió nuevamente constatar que fuera de Mérida también se están consolidando grupos dancísticos de calidad.

A pesar de los escasos recursos económicos con que cuentan, esas agrupaciones hacen un trabajo que merece elogios en los rubros de jazz, bailes folklóricos del país y España así como de los  géneros contemporáneo y de espectáculo.

El programa de mano de esa muestra artística apunta con razón que esta actividad generar un intercambio entre los municipios participantes y permite tener una idea de la cantidad de grupos que hay en el interior de esta entidad federativa y el nivel alcanzando en el dominio de esa disciplina artística.

En esa exhibición participan grupos de 14 localidades. Parte de ellos son conjuntos juveniles surgidos de las escuelas preparatorios, otros surgieron en academias de baile y otros más son ballets folklóricos.

En la presentación del sábado se presentaron grupos provenientes de Ticul (vaquería), Izamal (danza española), Dzemul (bailes de Tabasco), Telchac Pueblo (vaquería), Acanceh (bailes de Sinaloa), Muna (baile moderno), Oxkutzcab (vaquería),  Sucilá (danzas de Aguascalientes) y Dzilám González (un grupo presentó la vaquería y otro eligió la danza de espectáculo).

En la segunda etapa, que se ofrecerá este domingo, repiten unos municipios y se incorporarán otros. El programa indica que   veremos a grupos de Dzilam González, Halachó, Ticul, Mérida, Panabá, Oxkutzcab, Maxcanú y Acanceh.
 
La función de este domingo empezará a las siete de la noche. Su duración es de unas dos horas y media.

miércoles, 2 de octubre de 2013

PROYECTO JUVENIL DE DANZA.


La obra “…Y tan solo” debuta en el Olimpo.

 


Sin duda alguna son osados. Eso se puede concluir al ver el trabajo de cuatro jóvenes bailarines que el miércoles por la noche presentaron un espectáculo dancístico que, según exponen ellos mismos, incluyó teatro, vídeo y música en vivo. Esto último es porque hubo un trombonista en escena.

Los muchachos elaboraron una propuesta de danza contemporánea  a la que bautizaron como “…Y tan solo” ´y la presentaron al público con la seguridad de que esta sería aceptada. Al menos durante el debut en el debut de esa obra, el miércoles pasado, dentro de la Segunda Temporada Olimpo Cultura, no pudieron conocer esa respuesta porque los espectadores estuvieron ausentes. Esa noche hubo más fotógrafos de prensa que público, y parte de estos fueron turistas curiosos.

Y ese auditorio pareció no comprender el mensaje de la obra. Esta finalizó sin que la concurrencia aplaudiera. Una de las bailarinas aplaudió para indicar que la presentación había terminado y que esperaban el aplauso de los asistentes. Estos reaccionaron y ofrecieron palmas a los jóvenes.

Esa presentación se realizó en la explanada central del Centro Cultural Olimpo. Estaba prevista para las ocho de la noche pero se cambió para una hora después, lo que quizá explicó la ausencia de público. La obra es un trabajo de un grupo dancístico formado hace apenas dos años y que tiene un nombre extraño:  “Odori Desu Bailía Contemporánea” (una combinación de japonés con castellano antiguo y español actual) .

La pieza presentada esa noche no es nueva, ya había sido expuesta en un festival local. La coreografía fue elaborada por el director del grupo, Roger Pech Sansores, quien también participó en ella junto con tres jóvenes: Nazaret Flota, Addy Sauri, Lola Tuzlop, las cuales hicieron un encomiable esfuerzo por lograr su propósito dancístico. 
Al parecer, el trombonista que intervino en pasajes del espectáculo es Amaury León.
 
Se intentó proyectar imágenes en una pantalla pero esto no se logró. Lo que sí se consiguió fue aplicar un juego de luces para dramatizar el espectáculo.

Roger Pech expuso que pretende con ese tipo de trabajo hacer una reflexión sobre el modo de vida moderno, en el cual impera la ley de la selva, es decir, sobrevive el que es más fuerte y está dispuesto a  todo por lograr sus fines.

Para este coreógrafo la Segunda Temporada Olimpo es una buena oportunidad para que el trabajo de los artistas no se limite a una o dos presentaciones sino que tenga un calendario más amplio. Además este programa de la Dirección de Cultura del Ayuntamiento contribuye a que el público se acostumbre a consumir arte y pague por él.

La obra “…Y tan solo” se repetirá todos los miércoles de este octubre, en el mismo sitio, el Centro Cultural Olimpo, a las 8 de la noche.

 El precio de los boletos es de $50 general y $25 estudiantes.