jueves, 22 de mayo de 2014

Entusiasmo por la música



 

El jazz es su amor, pero tiene enamorados en otros géneros.


Cuando se oye decir que habrá una presentación de la cantante Cony Ancona enseguida relacionamos ese nombre con el jazz y un estilo particular para interpretarlo, la razón de esto es que ella centra su trabajo en ese género.

Pero también es verdad que su repertorio es más amplio,  interpreta además otro tipo de melodías. Su voz y estilo navegan con soltura tanto en ríos jazzísticos como en acariciantes aguas del bolero romántico, las baladas encendidas, la trova tradicional y, en general, la música mexicana.

Por esa razón Cony es “ajonjolí de todos los moles”. Es común hallarla en los festivales de jazz pero también en actuaciones con grupos que interpretan otros géneros.

La hemos visto presentarse con una variedad de artistas y conjuntos musicales en teatros, restaurantes, bares y todo aquello que se preste para ser escenario de un espectáculo musical. Es una artista muy activa.

A esa diversidad de posibilidades contribuyen su carácter alegre y facilidad para dialogar con el público. Entusiasmo es la palabra que resume la descripción de sus presentaciones.

Eso lo vimos de nuevo ayer jueves por la noche en la Casa de la Cultura del Mayab, donde Cony Ancona ofreció un concierto de jazz fusión con un programa realizado con base en autores estadounidenses.
Las piezas tienen arreglos del argentino Mauricio Bonfiglio, un maestro de la batería que también es “tortilla de todos los tacos” en cuanto a jazz se refiere. Bonfigio tiene su propio grupo de jazz y participa en otros conjuntos que interpretan esa música. 

Hace ya un buen tiempo que el percusionista argentino viene realizando presentaciones con Cony Ancona. Anoche también estuvieron juntos en la Casa de la Cultura.

Con ellos participó el pianista Edgar Bofill, otro integrante de los proyectos que han realizado Ancona y Bonfiglio. El grupo incluyó además a un guitarrista muy jóven pero hábil para la improvisación que demanda el jazz: Iñigo Mantecón.

Como artista  invitado estuvo el disc jocker Rommel Vázquez, cuyo nombre artístico es “Djrainboy”.

El espectáculo de esa noche resultó como los que acostumbra ofrecer Cony Ancona: una voz sonora,  vehemencia interpretativa y  calor humano hacia el público. (Mérida Cultura).  

miércoles, 21 de mayo de 2014

Danza que genera impresiones



Efectos sonoros, contraste lumínico y una coreografía dirigida a los sentidos integran el espectáculo “Natura”.


Este martes 20 la compañía Alsurdanza trajo de nuevo al teatro Peón Contreras su espectáculo Natura, un proyecto de danza contemporánea realizado en unión de un coreógrafo invitado.
 
La nueva presentación se realiza ocho meses después de su estreno, en septiembre de 2013. Pero a diferencia de aquella ocasión, en que el teatro se llenó, esta vez el público fue escaso.

Quizá la razón de ello fue la competencia generada ese día por otros espectáculos realizados en foros vecinos casi a la misma hora. Uno de ellos fue el debut de la Dixie Jazz Orchesta, integrada por 13 flamantes músicos, casi todos de alta escuela y provenientes de la Orquesta Sinfónica de Yucatán. Originalmente ese grupo se llamaba  Dixie Mérida Street y era menos numeroso. Ahora combina los conceptos de a Big Band y grupo de jazz. 


Parte del atractivo de Natura radica en que es un obra dirigida a los sentidos, impacta la mirada y genera impresiones. Y esto se logra no sólo con la coreografía sino con efectos muy acentuados de luces y sombras. Además, no hay música. Esta fue sustituida por sonidos y ruidos, una estrategia relativamente común en ese tipo de presentaciones.

 A lo anterior se agregan el drama, la sensualidad, la fuerza y otras emociones más proyectadas con el cuerpo, ya sea en las intervenciones de todo el grupo de bailarines o bien con parejas o segmentos de este.

En los cinco números del programa el estilo fue muy libre, distante de la técnica clásica. El contraste abundó tanto en el sonido y la iluminación como en las ejecuciones. A las pausas e inmovilidad le seguían estallidos de agitación. Y en parte de las actuaciones los intérprete dan la espalda al público.

En esa coreografía se recurrió al contacto físico entre los bailarines. Parte del espectáculo fueron estampas donde los cuerpos semejaron composiciones esculturales, mediante posturas y colocación de los cuerpos para enlazados en distintos planos.

La compañía Alsurdanza es dirigida por Milton Acereto, bailarín por herencia, estrella de la danza folklórica y coreógrafo inquieto dispuesto a explorar nuevas formas de proyectar el arte dancístico. 

Junto con él actuaron en esa presentación otros siete bailarines: Verónica Castillo, Cariño Cervantes, Ana Rosalía Loeza, Fanny Ortiz, Abril Trujillo, Adán Argaez y Sergio Borges.
La coreografía es del veracruzano Alonso Alarcón, y la composición sonora de Katalina Melia Araneda. (Mérida Cultura).   

jueves, 15 de mayo de 2014

Músicos por vocación, yucatecos por adopción



 


El ensamble Caribrass, el sonido fraterno de los metales.


“Llevo cinco años aquí, ya soy yucateco”, dice Omar Cabrera Rosas, trompetista oaxaqueño que ha tocado en casi todas las orquesta sinfónicas del país y que ahora dirige al quinteto de alientos Caribrass, un grupo creado en 2012 para ofrecer la variedad de servicios que son posibles en el formato de música de cámara.
Omar Cabrera (de rosado)

Este músico es uno de los integrantes de la Orquesta Sinfónica de Yucatán que se han establecido en forma temporal o permanente en esta región del país. No limita su trabajo a su participación en esa organización orquestal sino que además realiza otros proyectos, entre ellos la dirección artística del  proyecto Orquesta Esperanza Azteca, con sede en el puerto de Progreso.

Juan Bautista (España)
Con el ensamble Caribrass tiene mucha actividad de debido a la variedad de géneros que domina este grupo: clásico, instrumental, jazz y las llamadas “oldies” (piezas de años pasados).

La más reciente presentación de este grupo fue el pasado miércoles por la noche, en el templo de El Jesús (Tercera Orden), ante un público que desafió la lluvia para escucharlos.
Joel Picornel (España)
En esa presentación, realizada en medio de intenso calor que hizo sudar copiosamente a los ejecutantes,  se dio un fenómeno notorio. Los asistentes mostraron no conocer mucho sobre las reglas de las audiciones, pues, por ejemplo, aplaudieron cada movimiento de una de las piezas interpretadas. Pero en cambio expresaron mucha sensibilidad, les gustó la ejecución, y lo externaron con prolongadas palmas que sorprendió a los músicos y los hizo ofrecer un regalo e invitar a sus próximas actuaciones, en el género de jazz.
José Carlos Rodríguez (México)
El programa de esa noche incluyó una obra del veneciano Giovanni Gabrieli, un rondó de Mozart, una suite para banda de birtánico Gustav Holts, una obertura de ballet del francés Paul Dukas, una canción de Bach, una suite de la ópera Carmen, y, de regalo, una melodía contemporánea del italiano Ennio Moricone. 

Caribrass es un grupo versátil, tiene un repertorio clásico pero también cuenta con un programa según la época, tema o compositor. Interpreta música original para quinteto pero también arreglos de grandes obras para ensambles de metales o piezas adaptadas del grupo roquero Queen.
Davidé Fanchin (Italia)
-Caribrass ofrece alternativas musicales dependiendo del concierto, recital o evento social al que es invitado –indica la carta de presentación de ese grupo.

Puede interpretar música de Los Beatles, de Big Band, Navidad, Walt Disney, temas de películas, música mexicana e incluso regional. 

Sus otros integrantes son los españoles Juan Bautista Silla (trompeta) y Joel Picornel (Trombón y bombardino), este último también con varios años radicado en Yucatán. También están el italiano Davidé Fanchin (corno francés) y el mexicano José Carlos Rodríguez (tuba). 
Todos ellos comparten no sólo la calidad del trabajo artístico sino también el deseo de llevar el disfrute musical a un núcleo mayor de población (Mérida Cultura).

lunes, 12 de mayo de 2014

Jazz yucateco



Amena, interesante muestra de fusión musical.


¿Cómo suena el jazz hecho en Yucatán?  La respuesta la dio anoche el conjunto musical Mayab Jazz en aplaudido concierto que ofreció a partir de las 9 de la noche en el teatro Daniel Ayala ante un sector de la comunidad local –cada vez más numerosa– de seguidores de ese género.

Ese grupo, que dirige René Monte Rosa, ofreció un programa de jazz bonito, con melodías hechas en casa, sabrosas como el frijol con puerco, acariciantes como las tibias tardes en las playas yucatecas o animosas como una jarana bien bailada.



Para que no quedara duda de que es un repertorio local y que la fuente de inspiración son las tradiciones y atractivos de esta tierra, los nombres de cada melodía ofrecida hacen referencia a ellos:  “Agua de cenotes”, “Mérida en domingo”, “Yucalpetén”, “Celestún”, “Por las albarradas”…



Esa fusión de armonías y usanzas quedó más que manifiesta en la pieza “Entre jacarandas y flamboyanes”, compuesta con ritmo de seis octavos, típico de la jarana yucateca.   



Una de las interpretaciones lleva el nombre del grupo, “Mayab Jazz”. En ella convergen estilos de grandes músicos estadounidenses de ese género pero cobijados con elementos locales, para no salirse de la línea que caracteriza a ese grupo musical que es enlazar la estructura armónica vernácula con las variantes jazzísticas de smoth, bossa y latino.




Todas esas composiciones son de la autoría de Monte Rosa, quien condujo desde el piano esa velada y al conjunto de artistas que lo acompañó, todos ellos jóvenes, con excepción de Pepe Ballote, veterano saxofonista que fue el elemento central en las ejecuciones e improvisaciones típicas del jazz.




“Pepe” Ballote, tiene 50 años de carrera, es un personaje de la escena musical, ha hecho aportaciones al mundo del jazz. Fue uno de los músicos que tocaron en la recepción privada que se ofreció en el Palacio Cantón al presidente Bill Clinton y la esposa de este, Hillary Clinton, cuando visitaron Yucatán. El último disco que ha grabado este saxofonista se titulaFeel so good”, fue presentado en 2012, durante un homenaje a ese artista.



En la guitarra, también con interpretaciones solistas, estuvo Armando Martín. Por su parte, Hugo Aguilar tuvo la encomienda del bajo para marcar con seguridad la frontera del sonido grave, y a Misael Manrique le tocó concentrarse en usar la batería para sostener el sonido de los demás ejecutantes.



Entre el público fue fácil distinguir a los seguidores y conocedores del jazz. Estos hicieron notar su presencia balanceando el cuerpo, agitando los brazos y aplaudiendo sonoramente cada pieza o las ejecuciones solistas. Músicos y asistentes salieron satisfechos de esa velada. (Mérida Cultura).