lunes, 5 de mayo de 2014

Fiesta musical



Con largo, variado concierto se celebraron los diez años del CIMI.


Si hay algo más gratificante que ser músico y amar esa profesión es enseñarla, transmitir a otros el amor por esa tarea y ponerlos en el camino de esa senda fascinante.

Y eso es lo que ha hecho Emilio Bueno Salazar, director del Centro de Iniciación Musical Infantil (CIMI), institución que está celebrando sus diez años de fundación y el resultado alcanzado en ese lapso.

Para mostrar a la comunidad lo que ese centro de enseñanza ha conseguido en esa década de trabajo,  este domingo 4 hubo un en el teatro Peón Contreras un  colorido, polifacético concierto en el que intervinieron varios grupos surgidos de esa tarea docente. También se mostró el avance de quienes están estudiante en esa escuela y se dio reconocimientos a profesores y ejecutantes.

El pastel de esa celebración fue la presencia del arpista venezolano Angel Tolosa, a quien le bastó ofrecer dos piezas para mostrar su talento y la maravilla acústica del arpa de ese país convulsionado ahora por una crisis política. Esta es la doceava ocasión que ese músico extranjero pisa México, nación que fue la primera donde hizo su primera actuación fuera de Venezuela.

El artista estuvo acompañado de tres músicos que lo siguieron con guitarra cuatro venezolana, contrabajo, maracas y cajón de resonancia. Regaló al auditorio una pieza que, al igual que nuestro Huapango, de Pablo Moncayo, es casi un himno en la tierra venezolana: “Fuga con pajarillo”, un joropo que esta vez estuvo arropado además por la Orquesta Sinfónica Juvenil de Yucatán.
 
En ese espectáculo del domingo hubo de todo, el programa fue ecléctico, como un rico bufé con algo para todos los gustos. Además de los ritmos sudamericanos se escuchó, por ejemplo, la Pequeña Serenata Nocturna de Mozart, la Rapsodia Bohemia del grupo roquero Quens, compuesta por Freddie Mercury, una ejecución de guitarra clásica, y piezas de jazz compuestas por un naciente grupo juvenil de ese género.

A la informalidad de esa celebración entre amigos contribuyó la simpatía y espontaneidad de los integrantes del Coro Infantil del CIMI, quienes subieron al escenario para ofrecer tres melodías y hacer reír al público con las ocurrencias de los chiquitines.


En esos niños se acunan futuros músicos y creadores. Parte de los que ahora pisan los escenarios para exhibir su talento comenzaron su camino en ese coro. 

Emilio Bueno, quien también es jefe del Departamento de Orquesta Juveniles de Yucatán, condujo esa velada y participó con el piano en parte de las presentaciones. Otro profesor presente en esas actuaciones es Jaime Lara, quien dirigió a la orquesta juvenil.


El concierto fue una prolongada festividad musical, duró más de dos horas. Sin embargo se necesitaría más tiempo para mostrar lo conseguido hasta ahora por esa escuela de iniciación musical, la cual abrió sus puertas con 63 alumnos en todas sus ramas y ahora son 240. (Mérida Cultura).

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