lunes, 21 de octubre de 2013

CRECE LA ÓPERA EN YUCATÁN.


           Agradables sorpresas en ese género.


Una escena de La Bohème, de Giacomo Puccini,
interpretada por Gustavo Durán y Mariana Baeza.

Al creciente número de artistas y creadores que tiene Yucatán en los diversos campos del arte se suman ahora cantantes de ópera que están haciendo notar su presencia y ocupan espacios al mismo tiempo que intentan formar un público local para ese género musical.

 

Rossana China Marrufo, con su premio
(foto del Diario de Yucatán)

Dos recientes noticias en ese rubro corroboran lo anterior. Una de ellas es el Premio Municipal de la Juventud que se otorgó a la soprano Rossana Chin Marrufo, de 29 años de edad. La otra es el reciente surgimiento del grupo Opera para Todos integrada por el tenor Gustavo Durán, la soprano Mariana Baeza y el actor  y director de teatro Juan Ramón Góngora, apoyados por la empresaria Olga Moguel, propietaria del restaurante y centro cultural Amaro.

Si bien en Yucatán son contados los cantantes que tienen formación operística también es cierto que hay otros más que pudieran aumentar ese número si contaran con apoyo para ello. Rossana Chin es ejemplo de la lucha personal, solitaria que deben dar quienes desean sobresalir en ese campo. El trabajo del Taller de Opera de Yucatán es un aplaudido esfuerzo pero tiene limitaciones.

Las funciones operísticas en el Amaro.
 
“Sería conveniente traer a maestros y asesores del interior del país para fortalecer la preparación de los cantantes locales, y también darles una formación histriónica porque la ópera es teatro y se requieren conocimientos para actuar en ella”, señaló Gustavo Durán, de ascendencia yucateca, nacido en el Distrito Federal y radicado en esta capital.

Sugirió además que las autoridades den oportunidades a los artistas locales para que estos desarrollen experiencia. Una forma de lograrlo sería organizar espectáculos con exponentes reconocidos del país pero incluyendo además las suplencias, es decir, permitir que cantantes locales haga una de todas las funciones.

Juan Ramón Góngora (de pie) y
Gustavo Durán.
Gustavo Durán tuvo un singular arribo a la ópera. Cuando él era pequeño sus padres descubrieron las aptitudes que tenía para la música y el canto, y desde los ocho años de edad lo inscribieron a clases de piano, las cuales continúa hasta graduarse de concertista e incluso tuvo presentaciones en el D.F. A los 20 años de edad le dio por ser cantante de rock y entonces tomó clases para desarrollar la voz. Una de sus maestras de canto le dijo que tenía tesitura de tenor, a lo cual él no dio importancia en ese momento. Grabó tres discos de rock y después se dedicó a la producción musical en México y Estados Unidos, donde hizo composiciones y arreglos musicales. Hace cuatro año decidió incursionar en la ópera, para lo cual se preparó con profesores locales y del interior del país, entre ellos los tenores mexicanos Javier Camarena y Francisco Araiza.

Respecto al grupo operístico recién creado y en el cual él participa, Durán dijo que el objetivo de ese proyecto es “llevar la ópera a todos los públicos y llevar todos los públicos a la ópera”.   

El Brindis, de La Traviata.
Señaló que una dificultad para lograrlo es el estigma que tiene ese género entre la mayor parte de la  población, la cual lo considera elitista, caro y aburrido. Pero en realidad es todo lo contrario, ya que en esas representaciones teatrales cantadas hay drama, pasión, emociones, comedia…

En ese esfuerzo la naciente compañía ya presentó un primer ciclo de funciones en el Amaro, al cual titularon De Italia con Amor y que tuvo un programa de once piezas, en dos partes. En la primera de ellas expusieron cuatro escenas de La Bohème, de Giacomo Puccini. En la segunda combinaron conocidas arias con populares canciones napolitanas. Guiseppe Verdi, Ruggero Leoncavallo, Ernesto de Curtis Verdi y Puccini son parte de los autores elegidos para ese caso. Actualmente presentan un nuevo ciclo, repitiendo parte de ese reportorio e incorporando otros números más, entre ellos un fragmento de Cármina Burana.
El tenor Gustavo Durán, el actor y director
Juan Ramón Góngora y la soprano Mariana Baeza.

Respecto a Mariana Baeza, la otra integrante del grupo, su desarrollo musical también se dio a temprana edad. Es violinista y guitarrista, participó en coros y agrupaciones musicales, entre ellos el Coro Filarmónico de Yucatán. Ahora centra su trabajo en desarrollarse como soprano.

El tercer integrante, Juan Ramón Góngora, tiene largo camino andado en el teatro. Es licenciado en Literatura Dramática y Teatro con especialización en dirección escénica por la UNAM. Gran parte de su trabajo lo desarrolló en la ciudad de México, y desde hace dos años regresó a Mérida. Juan Ramón tiene una breve intervención en el segundo ciclo operístico que están presentando. El gremio teatral es una sorpresa descubrir que él tiene aptitud para el canto.
 




 







 
 
 
 
 
 
 

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