miércoles, 25 de diciembre de 2013

EL TROVADOR. ¿OFICIO EN EXTINCIÓN?


Decae la costumbre de llevar serenata, los tríos pasan por problemas.

El oficio de trovador yucateco se mantiene como una costumbre típica local pero está amenazado por  circunstancias que afectan a los  músicos que forman los tríos a cargo de las serenatas y otras actuaciones en las que ellos son solicitados.

Un sondeo realizado al respecto  corroboró el problema. Se halló que  no crece la demanda de ese servicio y  la mayoría de los que se dedican a él  son gente de la tercera edad o cercana a ella, los hay que tienen 90 años.

Además  carecen de seguridad social y realizan otras tareas para completar sus ingresos, los cuales van de $600 a $1,000 semanales.

El regidor Felipe Duarte Ramírez, quien investiga sobre el panorama laboral de esas personas, dijo hay trovadores que además de ese oficio son profesores, contadores públicos, artesanos, abogados, mecánicos y armadores de ropa.

Hay otros más que son dueños de algún pequeño negocio, dan clases de guitarra en sus casas o son parte de alguna orquesta.

Todos los trovadores están afiliados a tres sindicatos de ramo ubicados en Mérida y uno más en Progreso.

Los gremios de esta capital llevan los nombres de Armando Manzanero (son unos 35 socios), Pepe Domínguez (32) y Guty Cárdenas (31). En total, se calcula que sólo quedan 150 personas en esa actividad.

El sondeo mostró que el 50% de los trovadores tiene de 70 a 90 años de edad, y otro 40% está en el rango de 40 a 60 años.

Seis de cada diez dijo que realiza otra actividad además de tocar y cantar en un trío. El resto sólo se dedica a la trova.

Esas personas no tienen ingresos económicos fijos, varía cada semana de acuerdo con la demanda de serenatas y otras actuaciones en cumpleaños, aniversarios y otras fiestas familiares. La mitad de ellos dijo que obtienen de $600 a $1,000 semanales, otro 25% alcanza de $1,100 a $1,500, y 22.5% logran $500 o menos. Sólo uno de los entrevistados dijo que gana de $1,600 a $2,000 a la semana.

 Parte de los  tríos no limita su trabajo a los contratos que pueden obtener en Plaza Grande, donde se congregan cada noche, sin importar que haya frió, calor o lluvia. Cuatro de cada diez trabaja en eventos privados o bien en cantinas, bares y restaurantes.



El 57% de esos artistas carece de seguridad social, y muchos de los que gozan de esa protección la obtuvieron porque sus hijos u otros familiares los inscribieron al IMSS.

El tiempo que ellos llevan  en el oficio es variable. La cuarta parte de los encuestados dijo que lleva de 41 a 50 años dedicados a la trova.

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