El
tenor Fernando de la Mora conquista con su espectáculo de trío, mariachi y
conjunto musical.
En
su aniversario número 472 Mérida se vio alhajada por un concierto de lujo
del tenor mexicano Fernando de la Mora, cuyo espectáculo ameno y
cálido conjuró al viento frío que sopló toda la noche amenazando lluvia y que
sin embargo no ahuyentó al público que aprovechó esa privilegiada oportunidad
de ver una actuación de la joya lírica del país.
El tenor mexicano, en la segunda parte de su actuación. (Foto del Ayuntamiento). |
Durante
tres horas el cantante sedujo a los meridanos y no pocos turistas que acudieron
a ese evento en la Plaza Grande con una presentación dividida en tres partes,
cada una de ellas fue singular por su repertorio y ritmos, las emociones que
transmitieron y los músicos que acompañaron
al artista en esos segmentos. En todos los casos el cantante exhibió su
privilegiada voz y su claro fraseo y proyectó el sentimiento de cada letra.
En
el primero de ellos actuó con el trío de guitarras Ferrari-Flores-Mondragón,
cuyos destacados ejecutantes apuntalaron la parte más sobresaliente de esta
sección que consistió en un popurrí con canciones de Los Panchos.
Después
vino un programa de mayor variedad, con baladas y otros géneros musicales más, acompañado
por un quinteto (piano, guitarra, batería, bajo y percusiones) dirigido por el
cubano Gonzalo Romeu, un talentoso arreglista a cargo de los teclados y quien
ha grabado discos con el tenor. En esta sección se eligieron piezas de autores
románticos de Cuba y México, entre ellos Álvaro Carrillo y Armando Manzanero.
También se incluyó a compositores yucatecos. En este apartado interpretó Peregrina
y otras típicas canciones de esta tierra. Dijo que una de estas -“Panorama”- la
aprendió y preparó especialmente para su actuación en esta capital.
Vista del espectáculo realizado en la Plaza Grande. (Foto del Ayuntamiento) |
Y
para quienes deseaban escuchar algún número del género lírico el cantante
ofreció Torna a Sorriento, la popular canción napolitana frecuente en programas
operísticos.
En
el tercer y último segmento el artista se acompañó de un mariachi con arpa, seis
violines, tres trompetas, guitarrón, vihuela y dos guitarras. Al igual que en las
otras secciones, el público cantó varias piezas del mexicanísimo manojo de
canciones en este segmento, parte de ellas engarzadas en un popurrí de canciones que popularizó
Pedro Infante. Fue obligatorio incluir piezas de José Alfredo Jimenez y la muy
conocida canción ranchera México Lindo y Querido, de Chucho Monge.
Fernando de la Mora, acompañado al piano por el maestro Gonzalo Romeo. |
Fernando
de la Mora no sólo conquistó al público por sus virtudes artísticas
sino también por sus cualidades humanas. Estuvo afable, de buen humor y
comunicativo con el público. Mostró su sencillez al dejar el micrófono para auxiliar en dos ocasiones al
pianista Gonzalo Romeu cuando este lidiaba con las partituras sacudidas por el
viento. Además presentó a sus músicos y a los directores de estos, pidió aplausos para
ellos y les estrechó la mano para agradecer su profesionalismo.
Además
el tenor tuvo palabras de aliento para la población mexicana en general, dijo
que los problemas de la violencia y otro tipo se resolverán con educación,
cultura y el trabajo responsable de cada ciudadano. Elogió que en Mérida se
impulsen las actividades artísticas.
Nos
pareció que las canciones La Paloma, Granada, Peregrina y Torna a Sorriento son
las que mejor dejaron apreciar las cualidades de tenor que tiene De La Mora,
quien utilizó dos vestuarios y prescindió de apuntador, todas las canciones las
interpretó de memoria.
El
concierto fue una gala en todos sus aspectos.
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