martes, 7 de enero de 2014

JOYA LÍRICA ENGALANA EL ANIVERSARIO DE MÉRIDA.


El tenor Fernando de la Mora conquista con su espectáculo de trío, mariachi y conjunto musical.

En su aniversario número 472 Mérida se vio alhajada por un concierto de lujo del tenor mexicano Fernando de la Mora, cuyo espectáculo ameno y cálido conjuró al viento frío que sopló toda la noche amenazando lluvia y que sin embargo no ahuyentó al público que aprovechó esa privilegiada oportunidad de ver una actuación de la joya lírica del país.

El tenor mexicano, en la segunda
parte de su actuación. (Foto del
Ayuntamiento).
Durante tres horas el cantante sedujo a los meridanos y no pocos turistas que acudieron a ese evento en la Plaza Grande con una presentación dividida en tres partes, cada una de ellas fue singular por su repertorio y ritmos, las emociones que transmitieron y  los músicos que acompañaron al artista en esos segmentos. En todos los casos el cantante exhibió su privilegiada voz y su claro fraseo y proyectó el sentimiento de cada letra.

En el primero de ellos actuó con el trío de guitarras Ferrari-Flores-Mondragón, cuyos destacados ejecutantes apuntalaron la parte más sobresaliente de esta sección que consistió en un popurrí con canciones de Los Panchos.

Después vino un programa de mayor variedad, con baladas y otros géneros musicales más, acompañado por un quinteto (piano, guitarra, batería, bajo y percusiones) dirigido por el cubano Gonzalo Romeu, un talentoso arreglista a cargo de los teclados y quien ha grabado discos con el tenor. En esta sección se eligieron piezas de autores románticos de Cuba y México, entre ellos Álvaro Carrillo y Armando Manzanero. También se incluyó a compositores yucatecos. En este apartado interpretó Peregrina y otras típicas canciones de esta tierra. Dijo que una de estas -“Panorama”- la aprendió y preparó especialmente para su actuación en esta capital.

Vista del espectáculo realizado en la Plaza Grande. (Foto
del Ayuntamiento)
Y para quienes deseaban escuchar algún número del género lírico el cantante ofreció Torna a Sorriento, la popular canción napolitana frecuente en programas operísticos.

En el tercer y último segmento el artista se acompañó de un mariachi con arpa, seis violines, tres trompetas, guitarrón, vihuela y dos guitarras. Al igual que en las otras secciones, el público cantó varias piezas del mexicanísimo manojo de canciones en este segmento, parte de ellas engarzadas en un popurrí de canciones que popularizó Pedro Infante. Fue obligatorio incluir piezas de José Alfredo Jimenez y la muy conocida canción ranchera México Lindo y Querido, de Chucho Monge.

Fernando de la Mora, acompañado al piano por el maestro
Gonzalo Romeo.
Fernando de la Mora no sólo conquistó al público por sus virtudes artísticas sino también por sus cualidades humanas. Estuvo afable, de buen humor y comunicativo con el público. Mostró su sencillez al dejar  el micrófono para auxiliar en dos ocasiones al pianista Gonzalo Romeu cuando este lidiaba con las partituras sacudidas por el viento. Además presentó a sus músicos y a los directores de estos, pidió aplausos para ellos y les estrechó la mano para agradecer su profesionalismo.

Además el tenor tuvo palabras de aliento para la población mexicana en general, dijo que los problemas de la violencia y otro tipo se resolverán con educación, cultura y el trabajo responsable de cada ciudadano. Elogió que en Mérida se impulsen las actividades artísticas.

Nos pareció que las canciones La Paloma, Granada, Peregrina y Torna a Sorriento son las que mejor dejaron apreciar las cualidades de tenor que tiene De La Mora, quien utilizó dos vestuarios y prescindió de apuntador, todas las canciones las interpretó de memoria.

El concierto fue una gala en todos sus aspectos.

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