sábado, 11 de enero de 2014

ABRAZO DE MÚSICA ÁRABE Y ESPAÑOLA.


Ziryab Caló, una fiesta de sonido áraba y español. 

La noche del sábado las arenas musicales del Sahara cruzaron el territorio moruno de España, atravesaron el Atlántico y se asentaron en Mérida, en un  espectáculo flamenco y árabe ofrecido por cinco músicos y una experimentada ejecutante de la danza del vientre, todos ellos integrantes del grupo Siryab Caló. 

Con sus instrumentos y voces esos artistas excavaron en los antecedentes de la cultura ibérica y expusieron un sincretismo musical en el que se besan ritmos gitanos y melodías de la cultura musulmana, dos elementos presentes en la sangre hispana y que los conquistadores trajeron hasta América, donde hoy día puede verse ambos en expresiones culturales diversas.  

Quizá por esta razón el numeroso público que asistió a ese espectáculo –hubo quienes no alcanzaron lugar- acogió con entusiasmo a Siryab Caló, al cual terminó aplaudido de pie tras una función de hora y media en el teatro Felipe Carrillo Puerto. 

Ese conjunto artístico está formado por dos veteranos músicos de ascendencia morisca y tres entusiastas y jóvenes intérpretes hispánicos.
 
Los dos primeros se presentaron ataviados con uno de los atuendos típicos del Magreb y les correspondió ejecutar sendos instrumentos típicos de esa región.
Abdesselam Naití, el de más edad del grupo, sorprendió con su ágil dominio del kanun (árpa árabe), y a su vez Suhail Serghini Ouariachi, director del grupo, se encargó del laud y de interpretar varias melodías, parte de ellas compuestas por él mismo. 

Por su parte, los tres jóvenes gitanos se presentaron con vestimenta moderna e informal.

Uno de ellos es el cantaoor Sergio Gómez Delegado, otro más es Rubén Campos, un experto ejecutante de la guitarra flamenca, y el último es José Julián Heredia Martínez, a cargo del bajo eléctrico, el cual en este caso no se limitó a su función de aportar el sonido grave a las melodías sino que fue un protagonista más en esa fiesta del sonido. 

Ziryab Caló toma su nombre de un laudero islámico (Zaryib) de principios del siglo XVIII que dejó el desierto africano para realizar un largo recorrido hasta la península ibérica, durante el cual bebió de otras corrientes musicales y a su vez transmitió su herencia árabe.
La palabra caló alude a la forma de hablar de las primeras corrientes de gitanos que se asentaron en España.
 
El director de ese grupo musical explicó que el espectáculo que ofrecen no es una fusión de dos corrientes culturales de la música sino más bien una “infusión musical”, como el té servido en una carpa del desierto o un generoso vino español escanciado en La Alhambra. 

Los dos músicos árabes abrieron la presentación con una melodía de corte sarraceno, después se les unieron sus compañeros andaluces quienes a su vez también tuvieron el turno de actuar solos en una bulería.
Posteriormente se les unió María  Asunción Jimenez Medina, bailarina de danza orientales, la cual hizo tres apariciones, cada una con vestuario diferente. 

Esa velada concluyó con un improvisado baile, con crótalos y gorro árabes, por parte del director del grupo, al ritmo de una pieza mexicana que el público cantó.
 
Ziryab Caló es un conjunto internacional, se ha presentado en naciones de la región árabe así como de Europa, Asia y América. (Publicado en Diario de Yucatán).

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