Excepcional acogida a “Chip y su perro”, una tierna y divertida historia.
Una de las sorpresas agradables del Mérida
Fest 2015 es constatar que en el medio artístico local el talento emerge con
tan sólo un poco de apoyo oficial. Esto indica que, por fortuna, en la capital
yucateca abundan los creadores capaces de ofrecer proyectos de calidad.
Esos artistas sólo requieren que una mínima
parte de los impuestos que aportamos todos los ciudadanos llegue a sus manos
para obsequiar, en reciprocidad, trabajos que vayan más allá de la
improvisación y los montajes mediocres.
Un ejemplo de esto se vio este domingo 11 con
la puesta en escena de “Chip y su perro”, una producción que no es sencilla
porque es una labor operística con muchos cantantes, actores y músicos, y además un
vestuario adecuado al tipo que reclama esa popular obra creada por el
ítalo-estadounidense Gian Carlos Menotti y dirigida al público infantil.
El triunfo de ese proyecto, a cargo de Víctor
González Pérez, sería mayor si el apoyo que merece se hubiera extendido para
contar con una escenografía que redondeara ese esfuerzo de este joven
contratenor quien además es productor y director musical muy inclinado al
trabajo con coros.
El equipo que él reunió para esta ópera infantil, en dos
actos, fue conducido en la escena por Víctor Cortés Belmont.
Otro aspecto que esa presentación sacó a la
luz es la confirmación de que en Mérida hay aprecio hacia la ópera. También
mostró que hay padres de familia deseosos de retirar a sus hijos de la
televisión, la Tablet y el teléfono celular y llevarlos al teatro para formales
el gusto por las bellas artes.
El Centro Cultural Olimpo, donde se ofreció
ese montaje, estuvo lleno. Al final de la presentación el público premió a los
artistas con un aplauso que se prolongó hasta dejar constancia de que esta
versión de “Chip y su perro” logró su propósito cualitativo y que tuvo una
acogida excepcional en su estreno.
Esta adaptación de esa ópera contemporánea
tiene tres elementos que la diferencian de los montajes con que generalmente
llega al público: No se usaron niños cantores, como es el propósito de esa
obra; su duración se redujo para hacerla más ligera al público infantil, y se
tradujo al castellano la versión italiana. Esto último fue un gran acierto.
Las voces que se escucharon esta vez muestran
que el elenco y los músicos compañantes se esforzaron en los ensayos. Se nota el
ahínco en el diseño del vestuario. En la producción y dirección escénica hubo
sudor y empeño.
Ya informamos que en este proyecto
participaron 20 personas entre cantantes, músicos y actores. La obra habla de
amistad, el esfuerzo por alcanzar los sueños, la humildad y el amor a los
animales.
Esta escenificación habla de las desventuras
de Chip, un pobre fabricante de laudes (instrumento musical de cuerdas) que
vive en el reino de un malvado monarca y que
por falta de trabajo está a punto de morir de hambre. Pero es dueño de
un perro muy inteligente llamado Rómulo.
Los mensajeros del rey acuden a cobrarle a Chip los
impuestos que debe. Para saldar la deuda, el laudero entrega a su perro y este es
llevado al palacio por órdenes de la aburrida princesa Sareli que desea ser divertida por el sobresaliente can. Pero este no
reacciona ante ella, sólo obedece a su atribulado amo.
Vale la pena repetir los datos que ya dimos
sobre el equipo que participa en este trabajo:
Víctor Gonzálea (en el papel de Chip), Héctor
Antonio Baeza Betancourt (el perro) la soprano Cristina Woodward Campos
(princesa), el tenor Luis Uh Dorantes (mensajero), Andrea González (la única
niña en el repertorio, interpreta a un arlequín) y el contratenor Richard Jasef
Medina (paje).
Los integrantes del coro son:
Sopranos.- Ana Mercedes Cauich Matu, Alma Alejandrina Euán Pérez, Dioselina López
Ancona y Andrea González Omundsen.
Contraltos.- Raquel Arely Fernández Medina,
Azalia Jehieli Fernández Medina y Ligia Maria del carmen Bazán Suaste.
Tenores.- David Humberto Ortiz Romero, Alvaro
Javier Escalante Álvarez y Juan Pablo
Pinzón Esquivel.
Barítonos.- Armando Alejandro Lopez Uc,
Alberto José Ramírez Fuente y Rigel Ivan Alcocer Amaro.
El acompañamiento musical estuvo a cargo de
Ariadna Barrios de Pasos (piano), Rubén Pasos Escoffié (violín) y Miguel
Cedillo Viveros (violonchello).
El asistente de producción es Juan Carlos
Durán, el diseño maquillaje y estilismo estuvo a cargo de Nallely Gamino
Chaparro, y el diseño de vestuario, de
Vilma Arceo Espadas.
La segunda y última función de esa obra será
el próximo domingo 18 de este mes a la 1 de la tarde en el Centro Cultural
Olimpo. Es parte del Mérida Fest 2015 y la entrada es gratuita. (Mérida
Cultura)
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