El famoso artista estará en el lugar donde su padre desempeñó ese oficio y donde él le dio un giro a la música romántica yucateca.
El compositor Armando Manzanero y el cantante
cubano Francisco Céspedes serán los primeros en pisar el escenario del Mérida
Fest 2015 en el inicio de esa fiesta anual conmemorativa del aniversario de
esta capital.
En este martes 6 de enero, cuando se cumplirán
473 años de esta “muy noble y muy leal” ciudad, también veremos una faceta de
Manzanero que pocas veces sus millones de seguidores tienen oportunidad de
apreciar. El maestro yucateco de 78 años
de edad, será orador en la sesión solemne del Cabildo.
Frente a los integrantes del gobierno de la
ciudad y todos los ciudadanos que acudan a ese acto protocolario, el compositor
y cantante hablará sobre su visión, sentimientos y experiencias acerca de
Mérida. Lo hará a unos pasos del lugar donde cada noche se reúnen los
trovadores integrantes de los tríos de esta ciudad en espera de ser contratados
para llevar serenata.
En ese mismo sitio se instalaba hace décadas
el padre del famoso artista, Santiago Manzanero, el autor de Flor de Azahar,
una de las melodías que con frecuencia se canta ante el balcón de las novias. Y
también lo hizo don Armando, quien, a diferencia de su padre, optó por el
acordeón y no por la guitarra para ese trabajo de trovador.
Con su hijo Juan Pablo |
El propio Manzanero Canché, al hablar de su
vida, ha dicho que a los ocho años de edad, estando en el tercer grado de
primaria, empezó a estudiar música en el antiguo plantel de Bellas Artes. Eso
lo hizo contra la voluntad de su padre porque en ese entonces era dura la vida
de los músicos. El primer piano de Manzanero, fue de medio uso, adquirido por
su abuela, quien vendió su máquina de coser para hacer ese obsequio a su nieto.
Pero el padre vendió ese piano. Entonces
Manzanero se compró un acordeón, el cual puede verse hoy día en el Museo de la
Canción Yucateca. Con su acordeón fue parte del trío Marabú, y así se pasó la
secundaria y la preparatoria.
Los roces entre padre e hijo crecieron cuando
Armando empezó a componer sus famosas canciones con un estilo distinto al de la
trova tradicional y su padre le sentenció que nunca sería en un buen músico y
por tanto dejara ese oficio, lo cual hizo el maestro durante dos años.
“No puedes empezar una canción con un tono y
terminarla con otro”, le reprendió su tutor cuando escuchó la primera melodía
del muchacho. Al padre tampoco le agradaron los intervalos que este incorporaba
a las armonías, las cuales eran muy distantes a lo que se escuchaba en la
música yucateca de ese entonces porque aquellas tenían influencias de grandes
autores cubanos y mexicanos de la época.
A los 20 años de edad, cuando ya había
llevado serenata a los hogares de todos los ricos, tocado en todos los lugares
y cantado en todas las radiodifusoras de Mérida, se fue al Distrito Federal y
comenzó la historia de sus cientos de canciones y su fama mundial.
Integrante de una generación de grandes
compositores mexicanos, de los cuales casi todos han fallecido, Manzanero
compone sus canciones partiendo primero del argumento, de lo que dirá la
canción. Esta surge porque quiere decir algo alguien. Después de ello recurre al piano para construir la melodía.
Admirador de Mozart y Chopin, Tchaikovsky el
compositor yucateco es autor de cientos de canciones, tiene 50 años de artista,
ha estado casado cuatro veces y entre sus descendientes hay un hijo y un nieto
que eligieron la profesión de músicos.
Esta noche, a las 7, será la sesión especial
del gobierno de la ciudad en la que hablará Manzanero. Hora y media después el
famoso compositor dejará el edificio del Ayuntamiento y caminará hasta la Plaza
Grande para ofrecer un concierto junto con Francisco Céspedes, con el cual
grabó un disco.
Hasta donde se recuerda, será la primera vez
que Manzanero le cantará a Mérida y a los meridanos desde esa plaza donde él y
su padre escribieron parte de su historia musical. (Mérida Cultura).
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