sábado, 5 de julio de 2014

Músicos a temprana edad



 

Un grupo de niños y adolescentes creó un singular conjunto musical.


La infancia y la adolescencia son como arroyuelos que corren alegres hacia el río de la vida cuando no se les pone obstáculos y se les deja fluir libremente. Es así que estos vertederos pueden, en la adultez, convertirse en manantiales donde otros beberán. 

Y qué mejor que la música para impulsar a esas jóvenes corrientes y al mismo tiempo  contribuir a la recta formación que se requiere en esa etapa de la vida. Por esta razón nos sorprendió gratamente toparnos en Izamal con una charanga integrada por siete niños y jovencitos que andan de fiesta en fiesta brindando su entusiasmo y sus melodías para alegrar el espíritu.

Cuatro de ellos son amigos que comparten la sensibilidad musical. Hace año y medio que estos iniciaron el proyecto de crear un conjunto musical. Para lograrlo convocaron a vecinos y otros conocidos suyos y crearon una charanga. Para bautizarla tomaron el nombre de la santa patrona de Izamal y así surgió la “Banda La Concepción”.


Ese grupo de siete niños y jovencitos, al que se les unió un adulto, resulta llamativa por ser la única de su tipo en los alrededores de la Ciudad de las Tres Culturas. En la zona hay otras charangas, pero ninguna con músicos cuya estatura es casi del tamaño de sus instrumentos musicales. 

Su repertorio es similar al de otros grupos de ese tipo: jaranas y piezas típicas de las bandas norteñas, pero el empeño que ponen en cada interpretación marca la diferencia y les hace ganar respeto.  
  
Las edades de siete de esos músicos van de 12 a 18 años. Uno de ellos es el director del grupo. El octavo integrante es único adulto del grupo, tiene 35 años, es un trombonista que fue contratado por el resto del grupo para reforzar los alientos.

Cuatro de los niños y adolescentes son estudiantes en Mérida de la Orquesta Sinfónica Infantil Pedro Hoil Calderón. Ahí es donde surgió la inquietud de formar una agrupación de metales y tamboras.
 
El más joven del grupo es también el más talentoso, toca dos instrumentos. Se llama Luis Medina Velázquez, tiene 12 años de edad, y se encarga del saxofón y el clarinete. Lleva tres años estudiando esos instrumentos.

Le siguen Fernando Carrillo Balam, de 13 años, estudiante de trombón y hermano del director del conjunto. También está Alexander Suaste Ayil, quien se encarga del bombo, tiene  13 años y estudia la secundaria. A este último le atrae la música, es autodidacta, se inició en esto tocando el huiro.

Otro más es Julio Pech Velázquez, de 17 años, trombonista y estudiante de música desde hace tres años. Parte de sus amigos le dicen que no se puede vivir de la música, pero otros lo animan a continuar en ella.


El sexto integrante  es Andy Chi Yam, quien ya cumplió 18. Toca el saxofón y es el único integrante del grupo que no es de Izamal sino de Hoctún, donde estudia con un profesor particular. Tiene apenas cuatro meses de estudios formales. Antes tocaba “de oído”, viendo y escuchando a otros músicos y practicando cuando alguien le prestaba el instrumento. Sus planes son continuar su formación musical en Mérida.

El único adulto del conjunto es Jorge Tun González, hijo de un trombonista pero que inicialmente rechazó la música. Se fue de bracero a Estados Unidos y al regreso decidió seguir los pasos de su padre. Lleva cinco años en esa actividad. Un día los muchachos de la charanga lo escucharon tocar, vieron que era bueno y lo contrataron.

El director es Orlando Carrillo Balam, quien desde pequeño descubrió su inclinación a la música. Aprendió por sí solo a tocar los bombos y las tarolas y se unió a grupos musicales de la zona. Estudia trompeta desde hace tres años.

Ignoramos cuanto tiempo se mantendrá vigente La Banda Concepción, pero durante ese lapso regará con sus aguas musicales la esperanza de tener en Yucatán y el país en general una niñez sin obstáculos en su cauce por la vida. (Mérida Cultura).

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