Mañana se estrena la ópera-tango María de Buenos Aires.
Dos géneros irresistibles y grandes –la ópera
y el tango- iluminarán estos días el Centro Cultural Olimpo en un esforzado
proyecto que combina teatro, música,
danza y efectos lumínicos. Se trata de la puesta en escena de María de
Buenos Aires, una producción estrenada hace casi 50 años en Argentina y que
sigue entusiasmando por su belleza lírica debido a que es una obra de emociones y
sensaciones.
Esa operita-tango, que se estrenará mañana
sábado en el Centro Cultural Olimpo, es fruto del esfuerzo que pusieron la
directora escénica María Eugenia Guerrero Rada, profesora venezolana de ópera
radicada en Mérida; un conjunto de diez músicos –entre ellos un bandoneonista
traído de Miami- dirigidos por el maestro Russell Montañez y un grupo de cantantes, actores y bailarines.
La coreografía es de David Lizarraga y los efectos multimedia de Buru Torres.
Es una producción atractiva, con una música
hermosa. Pero podría resultar cansada para el espectador si este no conoce el
argumento ni toma en cuenta el elemento surrealista de esa obra. El texto de
las nueve canciones que la componen tienen un gran estilo literario pero
también es algo complejo. Y el uso de modismo argentinos aumenta la dificultad para entender el mensaje y
desentrañar la historia que se relata. Ejemplo de lo anterior es la siguiente estrofa:
“Fue el verso de antojo broncao en la
puerta del primer fracaso y la rosa tuerta de
un payaso cojo.
Diosa y atorranta, del cielo y del hampa fue
trampa lo mismo. Y
atados de un pelo por el alba van, su parte
de abismo,
su parte de pan”.
En el ensayo general, realizada ayer jueves
por la noche, el equipo de sonido no permitió entender en su totalidad las narraciones ni las letras de las
canciones, lo cual será otro factor en contra si no se soluciona antes del estreno.
Dejando de lado lo anterior, el espectáculo
María de Buenos Aires es merecedor de aplausos. La sinopsis proporcionada por
la Dirección de Cultura, la cual hizo posible ese proyecto, indica que María
nació en un arrabal de un puerto argentino, se muda a la capital donde se
convierte en prostituta. Tiene una oscura muerte y su sombra es condenada a
deambular por Buenos Aires. A modo de resurrección da a luz una niña que
resulta ser ella misma.
que estaba borracho Dios:
por eso, en su voz, dolían
tres clavos zurdos... Nacía
con un insulto en la voz!”
La obra está dividida en dos partes, con ocho
piezas musicales cada una de ellas que exponen la historia y su desenlace. Hay
una pieza extra que cierra la presentación y se denomina “Yo soy María”. La
música es de Astor Piazzolla y el libreto de Horacio Ferrer.
Integran el elenco Cynthia Brenda Sicaro
(María), David Sandoval Ibarra (voz del payador y otros papeles más) y Pablo
Herrero (duende).
El bandoneón está a cargo de David Alsina, argentino radicado
en Florida, quien anteriormente participó en una puesta en escena de esta obra
en Estados Unidos.
La pareja de
bailarines de tango la forman María Ximena Colombo y Juan Manuel Coral,
y en el coro intervienen Vania Pallares Gil, Eunice Pérez Coello, Marco Rivero
Hernández y Víctor Balcázar Covarrubias.
El cuerpo de baile está integrado por Mariana
López, Greisy Madera, Dianela Martín, Omar Flores, Jorge Sánchez y David
Lizarraga.
En una de las canciones María dice de sí
misma que “Soy la más bruja cantando y amando”. En otra pieza musical
más ella recibe una maldición: “María de Agorería, tendrás dos tangos por cruz” (Mérida
Cultura).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario