viernes, 19 de junio de 2015

Mágica, afortunada transformación



 

 

La trova vernácula traducida para ser interpretada por conjuntos de cámara.


Al maestro Russell Montañez Coronado se debe el mérito de contribuir a preservar la música tradicional yucateca, ese patrimonio cultural de esta tierra, mediante su empeñoso proyecto de adaptarla de un modo afortunado para presentarla en conciertos de cámara por conjuntos de cuerdas.


Esa virtud fue recordada y reconocida nuevamente el jueves por la noche cuando el quinteto  de cuerdas “Gustavo Río” que él dirige presentó en el Centro de Artes Visuales de Yucatán un concierto denominado “Festejando 100 años: Pastor Cervera, José A. Zorrilla ‘Monís’ y José ‘Pepe’ Narváez”.

El espectáculo incluyó la participación del percusionista Julián López, en los timbales, la soprano Mariana Echeverría, el declamador Sergio Cámara Gurbiel, y la recién creada Compañía de Danza Regional Yucatán en Movimiento que dirige Andrey Ramírez Xool.

El programa de esa velada incluyó, entre otros temas, “Mérida” y “Meridanita” (de “Pepe” Narváez),  “El trovador”, “En tus ojos” y “Nuestro nido” (de Pastor Cervera) y “Quiéreme” y “Ya están viejos mis sueños” (de Zorrilla).

Para la presentación del ballet y la cantante se eligieron “Mérida”, “Las mujeres que se pintan”, “La mestiza” y “Aires del Mayab”. El programa no se encadenó a los tres autores ya citados, ya que se incluyó una de las piezas preferidas en las serenatas: “Flor de azhar”, de Santiago Manzanero, padre de Armando Manzanero. 

El público asistente, en particular los seguidores de la trova vernácula, escucharon cómo suena en los violines, viola, violoncello y contrabajo esas melodías que venimos oyendo  en ejecuciones de tríos de guitarra.  Debido a que en este caso el trabajo de Russell Montañez se enfoca a dar nueva presentación a la música de esas canciones, y por tanto no se escucha la letra, el maestro leyó los textos antes de cada ejecución.

Entre los presentes en ese espectáculo, en el cual faltaron sillas, iluminación y ventiladores contra el calor, estuvieron Elenita Fernández, presidenta del Museo de la Canción Yucateca, y Luis Pérez Sabido, investigador y promotor musical, quienes al final de la función tomaron el micrófono para elogiar el trabajo de Russell Montañez como músico y director de varias agrupaciones y felicitarlo por su esfuerzo a favor del patrimonio musical yucateco.

Pérez Sabido dijo que a ese violinista y director se debe el que varios conjuntos de cuerdas incluyan en sus programas parte del amplio repertorio de la música tradicional local. 

Recordó que Montañez Coronado estuvo influenciado desde la infancia por ese género, ya que fue alumno de violín de Pedro Hoil Calderón, uno de los directores de la Orquesta Típica Yucalpetén, de la cual además fue uno de sus más jóvenes integrantes antes de viajar al interior del país y al extranjero para continuar sus estudios y hacer presentaciones.

También elogió el trabajo del joven ballet, al cual hizo la observación de que no es la figura principal cuando este actúa con el conjunto de cuerdas y la cantante, ya que en este caso es un elemento más y, por tanto, debe haber equilibro en la presencia cada uno de ellos tiene en el escenario.

Pérez Sabido expresó su satisfacción por el espectáculo, dijo que ese es el tipo de trabajo que debe promover la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta).

A su vez, la presidenta del Museo de la Canción Yucateca, Elenita Fernández, expresó que Russell Montañez siente la música y la lleva en el alma, y tiene el poder de transmitir esos sentimientos. Agregó que en las manos de este artista, los clásicos de la trova tradicional local tienen una mágica transformación.

Actualmente el maestro Montañez Coronado es integrante de la Orquesta Sinfónica de Yucatán y de la Orquesta de Cámara de la UADY, escatedrático en la Escuela Superior de Artes de Yucatán y del Centro de Estudios Musicales José Jacinto Cuevas. 
Desde de 2013 es director de la Orquesta de Cámara de Mérida, tarea que comparte con la conducción de otros ensambles de músicos. (Mérida Cultura).

jueves, 18 de junio de 2015

Cautivante y sabroso espectáculo tanguero



 

 

 

Artistas de la ciudad de México se unen a nuevo proyecto escénico de Silvia Kater.


Hay espectáculos artísticos que se disfrutan tanto que nunca se olvidan, quedan grabados por las emociones que generan. Son sucesos que no sólo entretienen sino que también cautivan, son delicadamente placenteros.


En esa categoría quedó “Me juego por voz, tango”, una gala de música, teatro y danza que organizó la argentina, queridísima yucateca, Silvia Kater, junto con tres estupendos músicos procedentes de la ciudad de México y una conocida pareja de bailarines locales.


Esa fiesta tanguera iluminó el teatro “Daniel Ayala” el pasado martes, ante abundante público integrado por seguidores de Kter y amantes de ese género de música y danza extendido por el mundo y que en Mérida tiene larga lista de seguidores y buen número de bailadores.


Un elemento que elevó la categoría de esa presentación fue la presencia del argentino Pablo Ahmad, destacado ejecutante del bandoneón, compositor y cantante de poderosa y emotiva voz. 
Este artista lleva 15 años en México, y el amor a esta su nueva patria y su decisión de permanecer en ella es lo que lo inspiró a crear el tango “Me juego por vos”, el cual es también un homenaje de Ahmad a esta tierra. 


El nombre de esa melodía se tomó para bautizar también al festejo escénico ya citado.

El visitante, de 36 años de edad, es también pianista. De hecho, fue el primer instrumento que aprendió, puso las manos en el teclado desde los diez años de edad. 
En su presentación en esta ciudad dejó en dos ocasiones el bandoneón y se sentó al piano para interpretar sendas piezas, una de ellas para acompañar el baile de la pareja Esli Mendez y Raul Ramos, ambos profesores de tango y que tuvieron varias apariciones en ese espectáculo.


Ahmad también estudió guitarra, canto, armonía y composición. Es además productor y buen arreglista, ha recurrido al jazz, el rock y ritmos latinos para realizar fusiones con el tango. Tenía apenas 21 años de edad cuando Silvia Kater lo invitó a venir a México y presentarse en Yucatán con el grupo "Tangozon". 

Permaneció un tiempo en la Península, hizo amigos locales e incluso grabó un disco (“Amor bohemio”) que produjo Rodolfo Cobos, directivo del Centro Cultural Dante, un lugar que de nuevo recibirá a ese artista a partir del 2 de julio próximo, cuando regresará para hacer presentaciones en ese sitio.


Después de su trabajo en esta región, Ahmad se trasladó a la ciudad de México, donde su carrera despegó. Grabó discos, hizo temas para telenovelas y acompañó en espectáculos a los cantantes Ricardo Montaner, Emanuel, Paulina Rubio, Lila Deneken y José Luis Rodríguez “El Puma”, y fue parte del grupo artístico de Raul D'blasio, entre otros.


Es uno de los fundadores de “La fábrica de tangos”, grupo postulado para recibir el premio Grammy Latino y ganador en Los Premios Carlos Gardel. Se ha presentado en distintos países, en México ya pisó varios de los más importantes escenarios. 


Otro argentino que compartió la escena el martes pasado es el guitarrista Damian Tuso, quien llevó la dirección musical en esa presentación. El tercer músico es el pianista Alejandro Gómez Guerrero.


Al repertorio de danza y música, Silvia Kater incorporó elementos teatrales para lograr un espectáculo variado y completo. 

El programa cumplió con abordar parte de los tangos clásicos y más interpretados en el mundo, como son “El choclo”, “La cumparsita”, “Nostalgias”, “Por una cabeza” y “A media luz”.Esto era obligatorio.
Pero además se incorporaron  algunas piezas contemporáneas de ese género. Dos de las que recordamos de esa parte del repertorio son “Soy un circo” y “Me juego por vos”. Hubo una tercera sección con línea humorística, en ella se escucharon “Gorda”, “Victoria”, “De mi barrio” y “Se dice de mi”.

Hubo además un popurrí en homenaje a Astor Piazzola, el músico que generó polémicas pero que finalmente todos le atribuyen haber llevado el tanto a otras dimensiones y contribuir en forma importante a difundirlo por el mundo. En esta parte de la función los músicos mostraron el dominio de sus respectivos instrumentos musicales en la interpretación tanguera establecida por Piazzola. 


El nivel de los artistas en el foro y el tipo de programa elegido hizo que esa velada resultara cautivante y sabrosa. Prueba de ello es que el público pidió una canción más, y fue complacido en esa solicitud. (Mérida Cultura)

Teatro lleno de gente y ritmo



 

 

Cubanas, juveniles rockeras, sólidas voces y un repertorio plural en el espectáculo ofrecido por “Voces sin fronteras”.


Ningún asiento vacío, el teatro “Armando Manzanero” rebosó de público ayer por la noche. Y parte de los asistentes a ese lugar se formó en la fila una hora antes de que se abriera el recinto, no querían quedarse sin lugar. 

La causa de esa aglomeración fue la presentación ahí de Carlos Tello y su coro “Voces sin fronteras”, que esta vez armó un espectáculo de tres secciones: música de Los Panchos, los mejores números tropicales de las grandes orquestas mexicanas, y algunas de las populares piezas mexicanas del rock and roll.

En esas actuaciones las 20 voces (diez femeniles y diez masculinas) del coro estuvieron acompañadas del saxofonista Dolito Dzib, la cantante Chelo Medina, el intérprete José Luis Cuevas y el bailarín Pablo Gamboa así como tres danzantes cubanas y un juvenil ballet de la academia de baile La Fontaine. 

El conductor del largo programa de esa noche, de casi dos horas de duración, fue Roberto Mac Swinney Salgado, una de las enciclopedias locales de la trova vernácula y de todo género musical del siglo pasado.

Como acostumbra en esas presentaciones, Carlos Tello no dirigió sus esfuerzos a lucir las voces de su coro sino a generar emociones, lograr que su público adulto se mueva en el asiento, que la sangre corra animosa por el cuerpo y llegue a un corazón entusiasmado por escuchar esas melodías que hicieron época pues todo México las bailó y las cantó.


Y en el logro de ese propósito contribuyeron todos los que estuvieron en el escenario y también el propio director con su singular forma de conducir los números y  bailar parte de ellos luciendo boinas y camisas de llamativos diseños y colores que pueden ser vistas desde el último planeta de nuestro sistema solar.

Como ya dijimos, la primera sección del espectáculo abarcó melodías de Los Panchos, ese trío imperecedero que llevó el nombre de México a los cinco continentes. Entre las piezas ofrecidas estuvieron “Rayito de luna” y “Me voy pa´l pueblo”, esta última de la compositora cubana Mercedes Valdés y que era emblemática en las actuaciones de Los Panchos.

En la segunda fase se escucharon algunas melodías del tiempo de las grandes orquestas mexicanas como las de Luis Alcaraz, Pepe Ruiz y Pablo Beltrán Ruiz. De este último se ofreció el bolero “Quien será”, el cual fue compuesto junto con el yucateco Luis Demetrio. 

También se interpretó “De México a La Habana”, una de las canciones que popularizaron La Sonora Santanera y la cantante Sonia López y que anoche fue interpretada por Nelly Carrillo, una de las integrantes del coro.

Más adelante vinieron “La boa”, “El mudo” y “El nido”, esta última en la voz de Chelo Medina, la cual tuvo varias intervenciones. Y detrás de ellas llegaron “Tiburón” y “La cosecha de mujeres nunca se acaba”, de Mike Laure.

En la parte final, dedicada al rock and roll mexicano, los artistas ofrecieron canciones de Leo Dan, César Costa, Enrique Guzmán, Mona Bell y los hermanos Carreón y otros rockeros más. “La plaga”, “Magia blanca”, “Telegrama” y “La tómbola” y “El bule bule” cerraron el aplaudido trabajo de “Voces sin Fronteras”.

Carlos Tello anunció que ya prepara un programa especial para celebrar sus 50 años en la música, en un espectáculo que ofrecerá durante el Otoño Cultural. 
Le recomendamos  ponerse desde ahora en la fila del teatro,  no vaya usted a tener la desgracia de perderse esa presentación (Mérida Cultura).