jueves, 26 de junio de 2014

Lujo en el Museo de la Canción Yucateca



 

Celebración de guitarras, intérpretes y compositores.


Ayer miércoles por la noche el Museo de la Canción Yucateca se engalanó con un espectáculo de lujo gracias a una aplaudida combinación de cantantes, músicos y las canciones de algunos de los príncipes de trova vernácula.


El tenor Eduardo Rosado, el cuarteto Los Juglares, las cantantes Rubí y Maricarmen Pérez y un veterano trío crearon una aleación musical para ofrecer unos 20 números que navegaron durante hora y media entre bambucos, boleros, sones y otros ritmos más.

En esa fiesta de cuerdas de guitarra el confeti melódico provino del escritor y poeta Fernando Espejo así como de los compositores Luis Rosado Vega, Miguel López Barbeito y Luis Espinosa Alcalá, todos estos personajes de la canción peninsular.

Ante ese banquete de canto y ritmos, el público respondió con creces. Desde temprana hora se formó ante el museo larga fila que llegó hasta la esquina, dobló en ella y se prolongó más allá. Octogenarios y nonagenarios con bastón o en silla de ruedas estuvieron entre los que rehusaron perderse tal espectáculo. Las sillas previstas inicialmente para el público fueron insuficientes, los empleados acudieron varias veces a la bodega en busca de más asientos para la gente que invadió incluso los pasillos con tal de no perder detalle de las presentaciones.


El espectáculo de esa noche fue uno más del programa denominado Recordando a los Compositores, en el cual, además, se recordó al desaparecido ingeniero Jorge Esquivel Barrera, quien fue presidente del Museo de la Canción Yucateca.

Esa asamblea musical comenzó con tres canciones que ofreció con su guitarra Maricarmen Pérez. Todas con letra del escritor Fernando Espejo pero musicalizadas por ella y por Sergio Esquivel y Pere Arellano. “La jaula”, “El mar” y “El azúcar” son los nombres de esas poesías convertidas ahora en piezas para el disfrute de la bohemia.

Le siguió la cantante Rubí, integrante de Las Maya Internacional, acompañada de un trío con la experiencia necesaria para exponer la filarmonía que hay en los boleros, claves y  bambucos de “Silencio azul”, “Flamboyán del camino”, La tormenta” y “Palomas”, todas ellas de Luis Espinosa Alcalá.

Después vinieron Los Juglares con tres canciones de distintos letristas pero musicalizadas por López Barbeito, y dos más con partituras de  Ricardo Palmerín y letras de Luis Rosado Vega. “Las golondrinas” “Tu dolor y el mío” y “Peregrina” están en esa lista. En esta presentación los hermanos Mena y Vadillo expusieron su agrado por estar en ese palacio de la música yucateca, género en el cual nació su grupo y que no abandonan porque se consideran parte de la trova tradicional.


La forma como Los Juglares expusieron esas muy conocidas piezas confirma su calidad interpretativa pues las hacen sonar como si fueran nuevas, les agregan un sabor especial.

El fin de la celebración se acercó con la llegada al escenario del tenor Eduardo Rosado, cuya presentación, acompañada con las guitarras de Los Juglares, fue aplaudida por parte del público puesto de pie. Esto hizo que regresara e improvisara “Granada”.

Al quedar de nuevo solos en la escena, los hermanos Marrufo y Vadillo remataron la velada con un postre de sabrosos ritmos que el público aplaudió.

Antes de que el público se dispersara el Museo de la Canción Yucateca anunció un programa de zarzuelas que ofrecerá en fecha próxima. Seguramente será otro grato espectáculo en ese recito ubicado en el barrio de la Mejorada. (Mérida Cultura).

lunes, 9 de junio de 2014

La extraña música experimental



 

 

Guiado por premiado músico nacional el grupo Sequenza Sur ofreció un espectáculo de ese género contemporáneo.  


La próxima vez que Hollywood busque musicalizar su siguiente filme de misterio o suspenso podrá recurrir al ensamble Sequenza Sur y preguntar sobre el reciente trabajo realizado por este grupo de artistas extranjeros y mexicanos establecidos en Mérida.



De nueva cuenta este conjunto sorprendió al público ofreciendo un programa de música experimental contemporánea, aquella que mezclan ruidos (electroacústica) con sonidos de los instrumentos. Y estos últimos no son cualquier sonido, son en buena parte efectos sonoros que se mezclan con aquellos para generar melodías de extraña, singular sonoridad.


Al escuchar esa híbrida creación, nosotros le encontramos semejanza con la música  utilizada en escenas de cine y televisión donde el suspenso y el misterio necesitan ser resaltados con recursos acústicos.


En parte no estamos equivocados pues uno de los principales protagonistas de Sequenza Sur es el compositor mexicano Javier Álvarez Fuentes, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013 y creador de numerosas obras, parte de ellas para cine. El resto son para coro, orquesta y ópera. Su trabajo ha sido ejecutado por grupos orquestaless de México, Estados Unidos y Francia.


La fortuna de tener a Javier Álvarez radicando en Mérida y la posibilidad de conocer su trabajo en forma cercana fue, seguramente, lo que llevó a muchos el pasado sábado 7 al Centro Cultural Olimpo, donde se presentó Sequenza Sur en un horario incómodo, a las seis de la tarde.


Los integrantes de este clan de sublevados de la música se turnaron en el escenario para sus presentaciones en grupo, pareja o solista,  con un repertorio de piezas experimentales que, insistimos, generó sorpresa por su condición de inesperado. Parte del escaso público se retiró a media función porque esperaban escuchar algún concierto de música clásica de cámara, un género que también se incluye en las presentaciones de ese ensamble.


Pero si bien resultó extraño,  ese programa no estuvo, como siempre,  ausente de talento pues este es un elemento que, junto con la audacia, caracteriza a los músicos de ese grupo que cumple diez años de fundado. Sus integrantes forman parte de la Orquesta Sinfónica de Yucatán y trabajan con jóvenes compositores locales para impulsar a estos.


Su cabecilla es el maestro Álvarez  Fuentes, considerado uno de los musicólogos mexicanos de mayor relevancia actualmente. Es creador de numerosas obras que combinan sonidos electroacústicos con los del piano e instrumentos de alientos y cuerdas. En términos de creación musical esto es reflejo de una característica de la sociedad actual:  la transición de la tecnología analógica a otra digital.



Álvarez Fuentes, quien fue director fundador del Departamento Musical de las Artes en la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY), tuvo una aplaudida intervención en el concierto del sábado pasado. Se presentó como solista tocando las maracas. La mayor parte de esta pieza, denominada “Temazcal”, transcurre al ritmo de ruidos generados mediante acelerómetros, excitadores, vibradores, calibradores y otros dispositivos más usados en la electroacústica. Al final surge una melodía con alegría jarocha que empalma juguetonamente con las sonajas de la misma forma que lo hacen el mar y la arena.


“¡Carámba, primera vez que escucho un concierto de maracas!”, expresó uno de los asistentes que batió palmas y que no estaba enterado que “Temazcal” fue creada hace mucho tiempo.


Otro solista de esa noche fue el flautista Joaquín Melo, quien ofreció “Lluvia de toritos”, otra obra de Javier Álvarez. Por su parte Paolo Dorio (clarinete) y Francisco Monteverde (chelo) se presentaron en dueto. Otra actuación más fue el trío formado por Joaquín Melo, Irina Decheva (piano) y Javier Álvarez (saxofón). Las otras composiciones del programa son de los jóvenes creadores María Teresa Novelo y Elías Puc. (Mérida Cultura).

sábado, 7 de junio de 2014

¡Así sonaba hace un siglo!





Oportunidad para conocer música local de concierto que dejó de tocarse hace mucho tiempo.



Gracias a interesante proyecto de Russel Montañez Coronado, director de la Orquesta de Cámara de Mérida, y Luis Peréz Sabido, Director del Centro de Investigación Musical Gerónimo Baqueiro Foster, los meridanos tienen oportunidad de escuchar interesantes piezas musicales del siglo pasado creadas por autores yucatecos y que no fueron tocadas o bien dejaron de escucharse antes de que nacieran las generaciones que ahora pueden saber cómo era la vida musical de la capital yucateca en esa época.
Russel Montañez



Este plan consiste en rescatar obras de la música yucateca de concierto y difundir más la canción vernácula, todas ellas escritas en la centuria que van de 1860 a 1960. Debido a esto el espectáculo creado para ofrecer ese repertorio se llama “100 años de música yucateca”. La primera presentación fue el pasado jueves 5 en la Casa de Montejo, sede de las oficinas de Banamex, institución que organizó esa actividad para celebrar aquí sus 130 años de fundación.

Luis Pérez Sabido.

Parte del programa de ese espectáculo consta de piezas escritas para grupos de cámara, las cuales fueron seleccionadas en el acervo del centro de investigación ya citado. “Ahí encontramos obras tan hermosas que se pensaría que fueron escritas por compositores europeos”, manifestó el maestro Russel Montañez en una entrevista que dio para hablar de ese proyecto.



Entre las obras que se ofrecen están el vals “Las delicias”, realizada por Cirilo Baqueiro “Chan Cil” en 1889 y  dedicado a los formaban el club anarquista de Yucatán en aquella época. Otra más se denomina “Tres miniaturas folclóricas”, escrita por  Daniel Ayala Pérez en 1938). También se enlistan  “El sueño de las piedras”, compuesta en 1929 por Fausto Pinelo,  y la “Cuadrilla de lanceros”, realizada en 1890 por Domingo María Ricalde. Esta última fue  escrita para apiano pero ahora se ofrece arreglada para orquesta.



En la parte del programa dedicada a la canción yucateca figuran temas muy conocidos pero ahora se interpretan con arreglos para orquesta. En esa lista están “Peregrina”, “Pájaro azul”, “Solo tú y “Caminante del Mayab”.

 En total, la Orquesta de Cámara de Mérida tiene montadas para ese proyecto 35 canciones yucatecas y 19 piezas de concierto. Gracias a ello las ocho presentaciones previstas de “100 años de música yucateca” tendrán programas distintos. Parte de esas actuaciones son de tipo didáctico, dirigidas a niños y jóvenes.



En esas actuaciones de la orquesta el profesor Luis Pérez Sabido hace explicaciones sobre cada obra del programa así como de su autor, lo cual contribuye a su mayor disfrute.



 “Este espectáculo es un recorrido por un siglo de bella música”, expresó Russel Montañez, quien señaló la importancia de difundir ese patrimonio cultural local. (Mérida Cultura).