domingo, 28 de febrero de 2016

Singular rondalla



Cincuenta años unidos por la música.



Cuatro médicos, dos abogados, dos ingenieros  y un profesor que laboran en instituciones distintas establecieron juntos un récord que no tiene relación con sus profesiones sino con un elemento común  que los une: la música.

Todos ellos cumplieron 50 años de trovadores hermanos. Son cinco décadas de estar juntos  en serenatas, presentaciones artísticas, viajes y actuaciones, todas ellas para  cantar a la  mujer con el fino romanticismo que caracteriza a la canción típica yucateca pero recurriendo a la rondalla, un género muy escaso muy escaso hoy día en esta tierra.

Se conocieron cuando eran estudiantes, el fuego juvenil de entonces lo encausaban a las guitarras. Cuando las tareas escolares lo  permitían, se agrupaban para ensayar y conformar al  grupo que finalmente se  consolidó y debutó en 1966 la Plaza de Independencia de Mérida bajo el nombre de Rondalla Universitaria.

Con el transcurso de los años, la vida y sus carreras profesionales los condujeron a la diáspora inevitable del caso, pero mantuvieron siempre el cordón áureo de la música. Así transcurrió medio siglo, los integrantes de este agrupamiento son ahora abuelos, gente jubilada o en proceso de retiro laboral.

Lo único que no envejeció son sus líricos corazones y la rondalla que crearon. El  tiempo se detuvo para que pervivan el alma musical y el modo grupal de la interpretación artística. Esto no pasará de moda, tal como ocurre con la trova tradicional yucateca cuyas canciones de amor seguirán siendo cantadas hasta que desaparezca el último enamorado.

En reconocimiento a este hecho, el sábado pasado la Universidad Autónoma de Yucatán entregó la Medalla al Mérito Artístico a esos nueve integrantes de la Rondalla Universitaria. Esto ocurrió en festejo realizado en el edificio central de esa casa de estudios, donde ofrecieron un recital con algunos de los boleros, bambucos, claves y otros ritmos que son parte de su repertorio.

Esa rondalla está formada por seis guitarras, dos requintos y un contrabajo, el director es Julián Duran Flores, médico de profesión.

Los otros integrantes son  Rafael Sacramento Sabido, Antonio Espinosa Canto y Mario Martínez Burgos (también médicos), Jorge Peniche Aznar y César León Sánchez (abogados), Ignacio Rosel Milán y Manuel Pereira Novelo (ingenieros), y Francisco Molina Chablé (profesor).


Todos ellos mantienen las características melódicas y el entusiasmo que distinguen a esa agrupación desde su nacimiento hace ya medio siglo (Mérida Cultura).