Un frenesí musical en otro gustado concierto de Voces sin Fronteras.
Entusiasmo, hermosas canciones, ritmos
pegajosos, un conductor de lujo y un público dispuesto a pasarla bien
caracterizaron al concierto que ayer jueves por la noche presentó el coro Voces
sin Fronteras que dirige Carlos Tello.
Ese espectáculo, realizado en el Centro
Cultural Olimpo, atrajo desde temprano a un sector de los muchos seguidores que
tiene ese grupo musical, los cuales formaron larga fila desde una hora antes de
la actuación y llenaron todos los asientos del auditorio.
Eso fue como una
alegre reunión de amigos venidos de distintos puntos de la ciudad y dispuestos
a disfrutar del singular, animoso estilo de Carlos Tello y los 17 cantantes
(nueve mujeres y ocho varones) a los que dirigió esta vez.
Para muchos de los presentes el frío de esa
noche resultó agradable para salir. Dentro del recinto el ambiente se calentó
con las cuatro fases del concierto que hicieron subir el termómetro hasta
llevarlo a la ebullición. Los ritmos finales parecieron un conjuro, un vudú
musical que se apoderó del público y lo hizo seguir con palmadas las melodías,
mover los brazos y, en algunos casos, salir disparado de sus asientos y ponerse a bailar.
Otro aspecto del concierto |
Esa presentación se denominó “México y su
música de los años 60”, estuvo dirigido al público que sigue al coro Voces sin
Fronteras, esa gente de la segunda y tercera edad que derrumba el mito de que
la juventud es la mejor etapa de la vida. La exaltación vista esa noche es el
acta notarial que da fe de ello.
La convivencia musical tuvo como anfitrión
al Mario Chacón Medina, locutor, enciclopedista musical y gurú de los
madrugadores que desde hace años son convocados por el programa radial “Copetes
y ballerinas”. Con sus astronómicos conocimientos y envidiable memoria, Mario
Chacón presentó las canciones de las cuatro etapas del concierto.
Mario Chacón |
La primera fase estuvo dirigida a la música
que interpretó el trío Los Panchos, aquella que era reconocible por el requinto
del “Güero Gil” y los románticos boleros que eran su especialidad, entre ellos
“Sin ti”, una de las piezas que sirvieron de aperitivo para abrir el
espectáculo.
La segunda fase tuvo un repertorio con
aquellas piezas bailables que interpretaban La Sonora Santanera y otras grandes
orquestas especializadas en danzón, mambo, rumba y chachachá. Una de estas
melodías tiene la jocosa e inolvidable letra del “policía mudo que a la cárcel
se llevó a dos jóvenes inquietos que en el parque se encontró”.
Naomi y Fabiola |
En esa sección del concierto se incorporaron
las bailarinas cubanas Naomi y Fabiola que no sólo terminaron de quitar el frío
a los varones del público sino que los puso a sudar.
Estas danzantes aparecieron de nuevo en la
tercera sección que abrió la cantante Chelo Medina con la canción romántica “A
dónde va nuestro amor”, que popularizó en una telenovela la cantante Angélica
María, y continuó con la alegre y muy recordada “Corazón de acero” que
interpretaba Sonia López “La chamaca de oro”. Ese segmento trajo también las
canciones de doble sentido que identificaban a Mike Laure.
Chelo Medina |
Después se retornó a las melodías románticas,
con Leo Dan (Te he prometido), Los hermanos Carrión (Magia blanca) y Los
ángeles negros (Murió la flor).
La función concluyó con una sección de rock
and roll (Ahí viene la plaga, Bulle bulle y Tutti frutti) que nos recordaron a
los Los Teen Tops, Los Rebeldes del Rock y otros ídolos más que impusieron un
estilo, marcaron una época y sembraron recuerdos inolvidables.
En esa presentación Carlos Tello lució
distintos atuendos que contribuyeron a marcar las etapas del espectáculo. A sus
casi 50 años de vida dedicada a la
música este artista todavía baila con agilidad juvenil. Su entusiasmo y el
estilo que impuso al coro Voces sin Fronteras lo convierten en un hechicero de
la música, su público gustosamente sucumbe a su embrujo (Mérida Cultura).
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