viernes, 26 de septiembre de 2014

México en seis cuerdas de guitarra



 

 

Un concierto contribuye a difundir el repertorio guitarrístico nacional.


El zacatecano Manuel M. Ponce, fundador del nacionalismo musical mexicano, tiene muchas bellas obras para guitarra que resultan difícil de rechazar al momento de preparar un repertorio para concierto.

Parte del público que asiste a presentaciones guitarrísticas aprecia que parte de ellas figuren en ese tipo de programas porque le permite disfrutar de ese instrumento y además le facilita evaluar la calidad técnica e interpretativa del ejecutante.

Eso ocurrió el pasado jueves 25 por la noche en el teatro Daniel Ayala, donde se presentó  el guitarrista Gerardo Álvarez Fonseca con un concierto denominado “Guitarras de Otoño”. Este artista abrió ese espectáculo con el conocido Ischerzino mexicano, una pieza frágil y poderosa a la vez, de colores poéticos y muy sentimental. Aunque originalmente fue compuesta para piano, tiene el romanticismo típico de la guitarra mexicana, incluso en este aspecto algunos de sus acordes recuerdan pasajes de Estrellita, otra pieza nacional muy tocada en ese instrumento.

Álvarez Fonseca ejecutó el Izcherzino con el sentimiento y el color que distinguen a esa melodía, la cual se reconoce además por recurrir a los armónicos artificiales como solución práctica a una parte de la pieza que en piano es sencillo de ejecutar pero que es complicado hacerlo en el instrumento de cuerda.

La otra obra del zacatecano escuchada esa noche fue el Preludio en Mi Mayor, una de los más de 20 piezas de ese género realizadas por Manuel M. Ponce.

Otra pieza en el repertorio fue Lauriana, del Julio Cesar Oliva, quien ha hecho importantes aportaciones a la guitarra clásica de México. También se ofreció Aires de Son, una obra en tres movimientos del defeño Gerardo Tamez, integrante del desaparecido grupo Los Folkloristas y quien dejó extensa obra guitarrística.

Elogiamos que Gerardo Álvarez haya incluido en su programa composiciones del país porque la guitarra mexicana debe difundirse más, no tiene mucho tiempo de reconocimiento internacional en el campo de la música clásica a pesar de la abundante obra que hay al respecto.

Es pobre la difusión que tiene la música para guitarra elaborada por creadores mexicanos, esas piezas deben ser tocadas con más frecuencia en las salas de concierto. Y el público debe asistir más a esas funciones para conocer esas obras. En el espectáculo de anoche hubo escasa audiencia, entre ella había extranjeros que, a diferencia de los meridanos, no se perdieron la oportunidad de disfrutar gratis una presentación de calidad.

Gerardo Álvarez  también toca el piano y el clarinete. Tiene un grupo musical llamado Xtabay con el cual se ha presentado en varias partes del país, una de sus actuaciones fue en el Festival Cervantino de Guanajuato. (Mérida Cultura).

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