Guiado por premiado músico nacional el grupo Sequenza Sur ofreció un espectáculo de ese género contemporáneo.
La próxima vez que Hollywood busque
musicalizar su siguiente filme de misterio o suspenso podrá recurrir al
ensamble Sequenza Sur y preguntar sobre el reciente trabajo realizado por este
grupo de artistas extranjeros y mexicanos establecidos en Mérida.
De nueva cuenta este conjunto sorprendió al
público ofreciendo un programa de música experimental contemporánea, aquella que
mezclan ruidos (electroacústica) con sonidos de los instrumentos. Y estos
últimos no son cualquier sonido, son en buena parte efectos sonoros que se
mezclan con aquellos para generar melodías de extraña, singular sonoridad.
Al escuchar esa híbrida creación, nosotros
le encontramos semejanza con la música utilizada en escenas de cine y
televisión donde el suspenso y el misterio necesitan ser resaltados con
recursos acústicos.
En parte no estamos equivocados pues uno de
los principales protagonistas de Sequenza Sur es el compositor mexicano Javier
Álvarez Fuentes, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013 y creador de
numerosas obras, parte de ellas para cine. El resto son para coro, orquesta y ópera.
Su trabajo ha sido ejecutado por grupos orquestaless de México, Estados Unidos y Francia.
La fortuna de tener a Javier Álvarez
radicando en Mérida y la posibilidad de conocer su trabajo en forma cercana fue,
seguramente, lo que llevó a muchos el pasado sábado 7 al Centro Cultural
Olimpo, donde se presentó Sequenza Sur en un horario incómodo, a las seis de la
tarde.
Los integrantes de este clan de sublevados de
la música se turnaron en el escenario para sus presentaciones en grupo, pareja
o solista, con un repertorio de piezas experimentales que, insistimos, generó
sorpresa por su condición de inesperado. Parte del escaso público se retiró a
media función porque esperaban escuchar algún concierto de música clásica de
cámara, un género que también se incluye en las presentaciones de ese ensamble.
Pero si bien resultó extraño, ese programa no estuvo, como siempre, ausente de talento pues este es un elemento
que, junto con la audacia, caracteriza a los músicos de ese grupo que cumple
diez años de fundado. Sus integrantes forman parte de la Orquesta Sinfónica de
Yucatán y trabajan con jóvenes compositores locales para impulsar a estos.
Su cabecilla es el maestro Álvarez Fuentes, considerado uno de los musicólogos
mexicanos de mayor relevancia actualmente. Es creador de numerosas obras que
combinan sonidos electroacústicos con los del piano e instrumentos de alientos
y cuerdas. En términos de creación musical esto es reflejo de una característica de la sociedad actual: la transición de
la tecnología analógica a otra digital.
Álvarez Fuentes, quien fue director fundador
del Departamento Musical de las Artes en la Escuela Superior de Artes de
Yucatán (ESAY), tuvo una aplaudida intervención en el concierto del sábado
pasado. Se presentó como solista tocando las maracas. La mayor parte de esta
pieza, denominada “Temazcal”, transcurre al ritmo de ruidos generados mediante
acelerómetros, excitadores, vibradores, calibradores y otros dispositivos más
usados en la electroacústica. Al final surge una melodía
con alegría jarocha que empalma juguetonamente con las sonajas de la misma
forma que lo hacen el mar y la arena.
“¡Carámba, primera vez que escucho un
concierto de maracas!”, expresó uno de los asistentes que batió palmas y que no estaba enterado que “Temazcal” fue creada hace mucho tiempo.
Otro solista de esa noche fue el flautista
Joaquín Melo, quien ofreció “Lluvia de toritos”, otra obra de Javier Álvarez. Por su parte Paolo Dorio (clarinete) y Francisco Monteverde (chelo) se presentaron en dueto.
Otra actuación más fue el trío formado por Joaquín Melo, Irina Decheva (piano)
y Javier Álvarez (saxofón). Las otras composiciones del programa son de los
jóvenes creadores María Teresa Novelo y Elías Puc. (Mérida Cultura).
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