La compañía Dramatango presentó aplaudida fusión de varios ritmos con el
tango.
Parte de los ejecutantes de esas singulares coreografías. |
Varias escuelas de danza y
bailarines de procedencia diversa unieron su entusiasmo y capacidades
artísticas para presentar la noche del domingo pasado un singular espectáculo
que anudó bajo la majestad del tango ritmos venidos de lugares y tiempos diferentes.
Hip hop, belly dance, baile
flamenco, breackdance, bachata y danza clásica alinearon sus formas y colores
para formar un ramillete
tejido por una audaz coreografía
de la compañía Dramatango que dirige
Elsy Méndez.
Tango Fusión fue el atinado
nombre de ese espectáculo presentado en el Gran Museo del Mundo Maya.
En este
encadenamiento de ritmos y técnicas participaron cuatro academias de baile: Liber Danza,
Milne, Contempo y Sundara, así como el Ballet Joven de Mérida.
También se presentaron
el bailarín de hip hop, Anthony Chan Kú, y otro muchacho más que forma parte del grupo de Bboys
meridanos aficionados al breackdance. Además se presentó Sihan Charruf,
bailarina de flamenco.
Cada grupo, solista o pareja
ejecutó la danza que domina pero adaptando esta a elementos clásicos del tango,
para lo cual usaron música con adaptaciones a ese género.
De esta forma el
público –adultos, jóvenes y niños– disfrutó, por un lado, ejecuciones ortodoxas
de ese baile surgido en la región del Río de la Plata y extendido a Buenos
Aires y Montevideo y, por el otro, de fusiones que resultaron bien logradas.
En el primer caso los amantes del tango puro observaron expectantes cual
repertorio de pasos típicos elegían las parejas tangueras y cómo los ejecutaban.
Las miradas estaban atentas a las caminatas largas, los cambios de dirección,
los ganchos con respuesta, los pasos con sacada y boleo, las salidas con
adornos o con barrida y otras combinaciones más. Y en cada fase confirmando que el varón guiaba a su
pareja con las señales de hombro mientras que ella lo seguía añadiendo
sensualidad y atrevimiento.
En el caso de las mezclas
dancísticas hubo belleza en unas ejecuciones y sorpresa en otras, y todas muy
aplaudidas. Los artistas participantes lograron encadenar ritmos y técnicas al eslabón
principal del tango.
Así pudimos ver, por ejemplo, arabesques del ballet
clásico junto con el abrazo milonguero, o bien el alegre, coqueto movimiento de
cadera que caracteriza a la bachata conviviendo con las demostraciones
melancólicas que abundan en los tangos.
A falta de programas de mano
–eterna falla de la Sedeculta– el maestro y coreógrafo Raúl Ramos, de la academia Liber Danza, hizo
al principio del espectáculo una rápida presentación del mismo y de los
participantes.
Fue un repertorio bien logrado, el público lo disfrutó y
aplaudió. Hubiera sido un acto de justicia que los asistente pudieran
identificar y diferenciar bien a cada uno de los artistas y academias que
lograron ese éxito.
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