Hay canciones que aumentan su fama porque las interpretan
cantantes famosos. Debido a esto es un reto buscar un modo para interpretarlas en forma
distinta. Del abismo cuelga el riesgo de caer en la imitación de
alguno de esos estilos.
La forma de librar ese precipicio es tener una voz y
personalidad propias en el canto. Sólo así la nueva versión que se ofrece
resulta original y se agrega a la lista de inéditas variaciones.
Esto es lo que ocurre con Felissa, cantante y
percusionista yucateca que desarrolló sinigual estilo para manejar la voz,
agitar el sentimentalismo y moverse en
el escenario como un viento hechicero
que seduce al oyente.
El público que acudió a verla este sábado 7 en el teatro
“Daniel Ayala”, donde ella tuvo nueva presentación, también fue atrapado por
esa magia escénica que la artista ofrece en su atractivo espectáculo de voz,
sentimiento y percusiones.
Fue una presentación cálida, irresistible para el alma
receptiva. Con un repertorio argentino dividido en dos partes: trova en la
primera y tangos lastimeros en la segunda. La artista recalcó esa diferencia con
un cambio de vestuario.
Felissa Estrada, nombre con el cual se le conoció durante mucho tiempo después ingresar al canto en los años 70, se presentó acompañada únicamente del tecladista Miguel Ángel Flores, quien también dirigió el aspecto musical del espectáculo.
En la interpretación de un segmento del programa ella se
acompañó con el cajón y el bongó. En el resto del repertorio dejó las manos
libres, volando con el cuerpo y la voz. Todo el tiempo permaneció descalza.
Esta cantante, originaria del municipio de Dzidzantún, es
diferente en imagen y concepción artística a la que por mucho tiempo ella
ofreció a su público local, del cual se alejó durante doce años cuando desapareció de la escena por circunstancias que la obligaron a ello.
Felissa se ha presentado en foros y festivales del sureste del país. También llevó su propuesta
musical a Nueva Orleans y Cuba.
Su madurez artística le permite el desafío de interpretar
con originalidad canciones ya divulgadas por artistas con fama nacional e internacional,
como es el caso de los tangos que ella
incluyó en el repertorio de ayer
sábado, entre ellos “Los mareados” y “Los pájaros perdidos”.
Lo mismo observamos en representativas piezas de trova y
otras populares canciones de la primera parte del programa. La conocida
“Alfonsina y el mar” es ejemplo de lo anterior. Ella manejó la delicada
dificultad del tema arropándolo con profundo sentimentalismo. La misma carga
emotiva cimbró al auditorio con su versión de “Samba para olvidarte”.
Otra cualidad del espectáculo que ofrece Felissa es su
comunicación espontánea con el público, al cual prepara anímicamente al
conversar con él sobre las canciones y el mensaje que estas contienen.
En ese diálogo faltó informar cuándo y dónde serán sus
próximas presentaciones. El público salió del teatro con el deseo de disfrutar
otro espectáculo de esta artista. (Mérida Cultura)
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