María Rosa Becil en escena
El cantante Eduardo Vázquez encabezó un concierto que llenó el Olimpo.
Quienes gustan de la trova tradicional
yucateca seguramente disfrutaron el repertorio de canciones que ofreció la
noche del martes pasado el cantante Eduardo Vázquez en un concierto realizado
en el Centro Cultural Olimpo, en el marco del Mérida Fest 2015.
Lalo Vázquez |
El programa de ese espectáculo estuvo
centrado en aquellas melodías que se cantan ante balcones en noches de serenata
o bien en reuniones bohemias de amigos. Son canciones donde Yucatán queda
plasmado en versos vernáculos y acordes de guitarra trovera.
En esa presentación “Lalo” Vázquez estuvo
acompañado de la profesora de canto Mónica Medina y cuatro alumnas de esta: Ana
Laura Jorge, Mariana Correa, Beatriz Castro y María Rosa Becil.
Este grupo de
seis cantantes ya había pisado el escenario anteriormente, en una presentación
en beneficio de una agrupación protectora de animales realizada también en el Olimpo.
Las voces fueron guiadas por el piano de Juan
Valdez y la batería de Rubén López. Este recurso de usar sólo esos instrumentos
y prescindir de las obligadas guitarras, las claves y los bongós dieron otra dimensión
lírica a las interpretaciones.
Mariana Correa |
Con el título de “Yucatán…mis versiones” ese
concierto incluyó canciones de Ricardo Palmerín, Pastor Cervera, Enrique “Coki”
Navarro y Luis Espinosa Alcalá así como Sergio Esquivel, Angélica Balado,
Armando Manzanero y el padre de este, Santiago Manzanero, y otros compositores
más de esta tierra, tanto clásicos como contemporáneos.
Al presentar tal
repertorio era de esperarse que hubiera variedad de ritmos.
La única pieza no yucateca que figuró en el programa fue
“En el tronco de un árbol”, también conocida como “Y tú qué has hecho”, del
cubano Eusebio Delfin. Se explicó que esa canción fue incluida en la lista porque su corte
musical es muy parecido al que se sigue en la trova tradicional yucateca,
además de que en esta tierra es muy conocida y cantada.
Ana Laura Jorge |
Hay que elogiar el entusiasmo por el canto
que mostraron las cuatro alumnas de Mónica Medina pero es obligado señalar
también que hay diferencias entre cantar en reuniones familiares y de amigos
que plantarse ante un escenario donde no hay distractores, todos están atentos
a los artistas y lo que ocurre en la escena.
En este caso un titubeo, una frase
desafinada o el olvido de una parte de la letra es percibida inmediatamente.
El público se percata de esas fallas, en
particular quienes conocen bien el repertorio que se presenta o tienen
conocimientos de música.
Beatrriz Castro |
Hay melodías con ciertos pasajes que se prestan bien a
lucir aspectos particulares de la voz de quien las interpreta, pero al mismo tiempo contienen secciones que agrandan las deficiencias del ejecutante si este no las
domina.
Para pisar el escenario hay que controlar la afinación y otros retos
interpretativos. Esto requiere ser dueño de cierto talento, estudiar mucho y ensayar hasta el cansancio.
Cuando se reúnen esos requisitos entonces el
artista hipnotiza al oyente, como ocurrió con Mónica Medina al cantar
Peregrina, una pieza que no es sencilla y que ha sido interpretada por
sinnúmero de cantantes, de modo que resulta aportar algo nuevo. Sin embargo,
ella lo consiguió.
Mónica Medina |
Esta artista rompió además la rigidez del concierto con sus
comentarios y bromas, le dio un carácter más cercano al público.
Como se esperaba, Eduardo Vázquez se lució gracias a sus
cualidades vocales y experiencia en los escenarios. Hizo duetos con Mónica
Medina –también bailó con ella- y con Ana Laura Jorge.
Esta presentación de los seis cantantes –las mujeres
vestidas con el traje regional yucateco- atrajo mucho público al Centro Cutural
Olimpo, todas las sillas se llenaron. La gente aplaudió y, en general, salió
satisfecha del espectáculo que rebosó por su expresividad y el refrendo por el aprecio del patrimonio musical local.- (Mérida Cultura)
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